Gente
Los sábados de Lomana: “Dr. Simón, ¿por qué no te callas?”
Estos días están siendo muy confusos, vivimos llenos de diferentes mensajes y recomendaciones que continuamente se contradicen y lo que hace un mes era innecesario ahora se impone. La situación en la que estamos a veces me hace dudar de si quieren convertirnos en borregos sin opinión e incapaces de criticar las directrices que nos marquen aunque nos parezcan un disparate. A eso se llama miedo. Me parece un experimento social para comprobar nuestro comportamiento ante la presión y el control, la reacción de las personas cuando están asustadas ante un virus desconocido con extraño comportamiento, un virus muy selectivo que no comprendemos por qué ataca de forma tan aleatoria.
¿Cómo se puede entender que la persona encargada de darnos las pautas ante la Covid-19 sea alguien que nos dice que, por favor, procuremos no movernos de lugar, no salir mucho de nuestras casas y a continuación se va a Portugal a «surfear»? Y así ha estado este señor desde el minuto uno que salió en televisión para decir que en España no íbamos a tener ningún problema con el virus, que no habría más de 10 contagios. Que las mascarillas eran innecesarias y los guantes imprescindibles... En fin, así sin parar. ¿Me pueden explicar por qué tenemos que creer lo que nos diga nuestro ya famoso «Doctor Virus»? Cuando él me aconseja alguna forma de comportamiento ante el contagio me dan muchas ganas de reírme y de decirle: «¿Por qué no te callas?».Es la primera vez en la historia que se confina a gente sana. Que se demoniza a los niños como bombas de contagio, algo muy absurdo cuando han vivido durante tres meses con sus padres sin salir de casa y estos no se han contagiado.
¿Por qué la OMS en plena virulencia del virus no recomendó las mascarillas? El uso continuado de estas es muy perjudicial para la salud ya que respiramos dióxido de carbono. Ocho horas continuadas con ella produce cansancio, dolor de cabeza y mareo. Pero la gente está tan asustada que se ven personas solas en su coche con la mascarilla puesta. Personalmente, lo de la playa con mascarilla ya me parece el mayor disparate. Si hay algo bueno para la salud es respirar aire puro, aire de mar que tiene yodo, y el yodo es un gran desinfectante.
Estoy en Marbella con unas playas enormes que están medio vacías o completamente vacías. ¿Qué necesidad hay de ponérsela? Aquí han llegado muchos turistas alemanes y holandeses que nunca la llevan, deben ser menos inteligentes que nosotros. En ningún caso creo que haya que desistir de su uso en locales cerrados y con bastante gente tipo supermercados, tiendas, etc., pero, por favor, seamos conscientes de que los contagios provienen de discotecas y lugares o reuniones con muchas personas sin ninguna prevención.
La «confusa» normalidad
Como les comentaba al principio de esta crónica, vivimos en la confusión, en una sociedad muy hipócrita en la que se habla mucho de normalización de las opciones sexuales, donde los mal llamados «progres» que, parecen defender los derechos de la diversidad, se callan cuando les conviene. Estos días he visto relatar la vida de alguna persona conocida y todo era ideal y maravilloso, nada, pero nada que pudiese no ser politicamente correcto. Sin embargo, en mi opinión, tratarlo con naturalidad es la mejor lección que puede darse. Ahora voy a darme un baño de mar al atardecer... ¿Uds. creen que lo haré con mascarilla? Ahí lo dejo.
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