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Las confesiones de Jesulín de Ubrique a Toñi Moreno que dolerán a Belén Esteban

El torero concede su entrevista más íntima. Habla de la muerte del patriarca, el deseo de su hijo de ser torero y defiende su matrimonio con Maria José Campanario, el gran amor de su vida.

En la imagen, Campanario y de Ubrique. Jesulín: «Me habría casado con cualquiera menos con Belén Esteban»
En la imagen, Campanario y de Ubrique. Jesulín: «Me habría casado con cualquiera menos con Belén Esteban»larazon

Toñi Moreno ha conseguido entrevistar a Jesulín de Ubrique en el programa que presenta en Canal Sur, “Un año de tu vida”. El torero concede el testimonio más deseado por los medios de comunicación en un momento crucial de su vida. La entrevista verá la luz el próximo lunes pero la revista Lecturas, medio en el que también colabora Toñi Moreno, ha publicado ya algunos extractos en formato vídeo, que van a dar mucho que hablar y que escocerán especialmente a Belén Esteban, su eterna enemiga.

El que fuera uno de los personajes más mediáticos del país, lleva años manteniendo un perfil bajo para evitar que los ataques de la madre de su hija Andrea, que aprovecha cualquier circunstancia de su vida para provocar la polémica. Sin embargo, y a pesar de las numerosas ofertas que recibe para participar en los medios, no se ha resistido a la propuesta de Toñi Moreno, a quién considera una buena amiga y con ella se ha desahogado concediéndole dos horas de confesiones.

La muerte de su padre, Humberto Janeiro, fallecido el pasado 9 de agosto, es el acontecimiento familiar reciente que más ha emocionado al diestro en esta charla a corazón abierto con la periodista andaluza. Su pérdida ha sido muy dura para toda la familia, especialmente para Jesús, muy distanciado del patriarca desde hace años. La mala gestión de la fortuna del torero y las continuas infidelidades del “tigre de Ambiciones” a Carmen Bazán fueron las razones por las que padre e hijo apenas mantenían contacto pero el torero no olvida los sacrificios de su padre para convertirle en figura del torero.

ENTIERRO DE HUMBERTO JANEIRO
ENTIERRO DE HUMBERTO JANEIROCristobal DueñasGTRES

Emocionado, Jesulín ha confesado que en un momento económico complicado para los Janeiro, su padre atendió sus deseos de no vender el campo para que él pudiera hacer realidad su sueño. "Mi padre me llevó al campo el día que iba a poner el letrero de "Se Vende”. Lo tenía ya preparado. Yo le pregunté que porqué lo hacía y él me dijo “algún día lo entenderás”. Entonces le pregunté. “¿Papá tú quieres que sea torero?” y el me dijo "¡Pues claro! ". La emoción de estos recuerdos, y cómo su padre se esforzó para convertirle en la gran figura que fue a costa de grandes sacrificios económicos y gran dedicación, arranca las primeras lágrimas de Jesús en la entrevista, pero no serán las únicas.

Otro de los capítulos más emotivos es cuándo el torero habla de los los obstáculos que han tenido que superar María José y él durante sus 18 años de matrimonio. Aunque evita poner nombre a la verdadera causante de su dolor, el torero defiende a capa y espada su relación y habla de los fuertes pilares en los que se sostiene. “Llevo 18 años casado con mi mujer y año y medio de novios. Durante este tiempo se nos han puesto muchas trabas en nuestra relación y aquí estamos con dos cojones” .

Pero, sin duda, son las palabras que dedica a su único hijo varón, Jesús, que ya tiene trece años y con quién se le cae la baba, las que más dolerán a Belén Esteban. La de Paracuellos no oculta el dolor que le produce las diferencias de trato y cariño que, a su juicio, hace el torero con sus tres hijos. Cada vez que puede ataca al padre de su hija, olvidándose de las trabas que siempre ha puesto ella para que su única hija Andrea tuviera una relación cercana con su progenitor.

Y hay algo que el torero no oculta y es la felicidad que le produjo ver torear en el campo al que podría convertirse en su heredero en los ruedos. Su cara de felicidad al relatar ese momento era imposible de disimular: "Yo sabía que algún día llegaría ese momento. Mi hijo me lo pidió así que le puse 50 becerras para que eligiera. Él eligió una becerrita pequeña muy bonita, coloradita y se la aparté para él. Cogió su capote y le dio unos pases muy bien. Después la muleta. Yo pensaba ya verás cómo le de un meneo, la que va a liarme su madre. Pero le dio unos diez pases sin problema y cuando acabó me dijo: “¿Tu no querías que toreara?, ¿pues ya he toreado!”, le decía a Toñi sin poder evitar las risas y la satisfacción.