Mariñas

Isabel Pantoja, muerte por aburrimiento

Singer Isabel Pantoja in Madrid on Thursday 23 January 2020.
Singer Isabel Pantoja in Madrid on Thursday 23 January 2020.SLVGTRES

En plena pandemia por el Covid, Madrid sigue pareciendo un desierto social y supone mal prólogo invernal: son días en los que no se prevén celebraciones, llevamos semanas enteras sin convocatorias de prensa, celebración de fiestorros o citas en los Hoteles Ritz o Palace.

Tampoco en el «Joy Eslava», antaño epicentro y lugar imprescindible de convites y encuentros sociales. El vetusto, acogedor y decorativo local de la madrileña calle Arenal luego fue reconvertido en teatro y glorificado por Nati Mistral y Pastora Imperio en una revista antológica que se mantuvo años en la cartelera. Ahí debutó también la inimitable Gracita Morales. Cantaba irónicamente y riéndose de su escaso atractivo físico por su gracejo infinito: «Yo soy la ’'vedette’' de un teatro de revista, empecé siendo corista…».

El modernista local de la calle Arenal, tan cantado y exaltado por la grandísima Celia Gámez con «te espero en Eslava tomando café, tomando café…», luego fue comprado, modernizado y relanzado por el empresario Pedro Trapote, siempre amigo de causas perdidas. Pero «el Eslava» no volvió a ser nunca como el de antes. Aunque conservando y mimando su decoración se convirtió, eso sí, en reliquia de tiempos mejores para el «music hall».

En Estados Unidos, seguramente lo habrían hecho un símbolo histórico, y no digamos en la vecina y envidiada Francia, tan dada a las reliquias. Deberíamos imitarla.

Isabel Pantoja durante un concierto
Isabel Pantoja durante un conciertolarazon

La sala «Eslava» sigue en pie como testimonio mantenido, recuerdo fresco, perenne y acaso hasta añorado de tiempos que parecían mejores. Ahora todos los tiempos nos parecían mejores aunque a lo mejor no lo fueron tanto. Pero la nostalgia, repito una vez más, no es un error, ya lo decía, reconocía y subrayaba irónicamente el Nobel Camilo José Cela. A no dudar mucho opinaría hoy lo que le parece que Isabel Pantoja se vea acorralada y descalificada por la televisiva Dulce Lapiedra la ex niñera de sus hijos a la que, según ella, la tonadillera casi prometió «adoptar» y «prometía envejecer conmigo». Qué cosas. Qué vueltas da la vida.

«Habemus» caso, esto es un no parar. Mientras les paguen por largar, la historia no acabará.