Activismo

Greta Thunberg, el negocio de la mayoría de edad

La BBC prepara una serie sobre la activista del cambio climático, ahora eclipsada por la pandemia

MEX061. CIUDAD DE MÉXICO (MÉXICO), 02/11/2020.- Fotografía cedida por Cinépolis que muestra a la activista sueca Greta Thunberg. El documental "Yo soy Greta" llega a las pantallas mexicanas esta semana con la historia de la joven activista sueca Greta Thunberg, en la que se muestra su vida más allá de la figura mediática que el mundo y las bases de su lucha a favor del medioambiente. EFE/Cinépolis SÓLO USO EDITORIAL/NO VENTAS
MEX061. CIUDAD DE MÉXICO (MÉXICO), 02/11/2020.- Fotografía cedida por Cinépolis que muestra a la activista sueca Greta Thunberg. El documental "Yo soy Greta" llega a las pantallas mexicanas esta semana con la historia de la joven activista sueca Greta Thunberg, en la que se muestra su vida más allá de la figura mediática que el mundo y las bases de su lucha a favor del medioambiente. EFE/Cinépolis SÓLO USO EDITORIAL/NO VENTASCINÉPOLISEFE

Greta Thunberg, la joven que en septiembre de 2018 se dio a conocer por reclamar acciones contra el cambio climático, cumplió ayer 18 años. La activista sueca llega a la mayoría de edad manteniendo su rol de referente de un movimiento global que ha inspirado a millones de jóvenes en todo el planeta. Nombrada «Personaje del año» por la revista Time y nominada dos veces al Nobel de la Paz, se ha entrevistado con los principales mandatarios mundiales, así como con el Papa Francisco, dando discursos ante la ONU y en las principales Cumbres del Clima.

Su gesto serio y su discurso emotivo, aunque siempre apoyado en la ciencia, le ha llevado a lograr una legión de admiradores –cuenta con 4,4 millones de seguidores en Twitter y 10,5, en Instagram–, pero también muchos detractores como Donald Trump. «Me han robado mis sueños, mi infancia con sus palabras vacías», afirmó en septiembre del año pasado en la ONU en un discurso en el que reprochaba a los líderes atreverse a «mirar para otro lado» mientras la evidencia científica alerta de un escenario preocupante. Unas palabras por las que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la calificó de «mocosa».

El 20 de agosto de 2018 se sentó por primera vez, tres semanas antes de las elecciones legislativas de su país, delante del Parlamento sueco para iniciar una huelga diaria con el objetivo de exigir que el Gobierno cumpliera con el recorte de emisiones del Acuerdo de París contra el cambio climático. Una protesta que se repitió desde entonces todos los viernes primero en Suecia y después en otros países. Fue tal el impacto mediático que logró que no tardó en convertirse en la estrella de todas las cumbres climáticas de las Naciones Unidas (en Polonia, el Foro de Davos, Bruselas y el Palacio del Elíseo de París).

Convertida en el referente mundial de millones de jóvenes y en imagen del movimiento «FridaysForFuture» (Viernes por el Futuro) y de huelgas escolares en todo el mundo, decidió tomarse un año sabático en el que aprovechó para viajar a América en un velero movido por paneles solares y turbinas subacuáticas propiedad de Pierre Casiraghi.

Una serie en la BBC

Su poder de influencia fue objeto de un documental que se estrenó en la Mostra de Venecia y la BBC británica planifica ya una serie.

En «Scener ur hjärtat» (Escenas desde el corazón), escrito con la colaboración de su padres y de su hermana menor, Beata, a modo de terapia, revela que fue a los once años cuando comenzó a interesarse por el cambio climático y sus efectos, lo que le provocó una grave crisis existencial. Fue entonces cuando a ella y a su hermana menor les diagnosticaron el síndrome de Asperger. «Padecer este mal hace que vea el mundo de otra forma, o blanco o negro, y la cuestión del clima es una de ellas», decía en una entrevista Thunberg, que hasta entonces había pasado su infancia viajando por todo el mundo acompañando a su madre, la mezzosoprano Malena Ernman.

La pandemia del Covid ha eclipsado en el último año los mohines histéricos («Cómo os atrevéis»), el egocentrismo («Me habéis robado mi infancia» ) y la superioridad moral con la que la otrora pipiola ha tratado al mundo entero. Muchos son los que piensan que es hora de que empiece a madurar.