El diseñador Alber Elbaz muere a los 59 años, tan solo unos meses después de volver a la moda

La muerte de Alber Elbaz a los 59 años de edad víctima de la COVID-19, según informa el portal WWD, ha impactado al mundo de la moda por dos motivos fundamentales. Por una parte, significa perder a uno de los diseñadores fundamentales de los últimos años, y por otra, cuesta creer lo injusta que es la vida en ocasiones: tras unos años retirado en los que se había limitado a alguna que otra colaboración con firmas como Tod’s o Converse, Elbaz había regresado con un nuevo y fascinante proyecto el pasado enero, cuando se convirtió en la sensación de la semana de la alta costura de París con el lanzamiento de AZ Factory.

Con una vida entregada a la moda, este modista nacido en Marruecos y criado en Israel, se había convertido en uno de los nombres más venerados de la industria textil no solo por su impecable trabajo, sino también por su entrañable carácter. Eso se pudo ver, por ejemplo, en la presentación de su último proyecto en el que congregó a lo más granado del universo de las tendencias: desde Anna Wintour a Marc Jacobs, Pierpaolo Piccioli o Anna dello Russo no tuvieron dudas en participar en el video presentación de su nueva firma para mostrar el apoyo con el que contaba el que consideraban un amigo.

La carrera de Elbaz, eso sí, da buena cuenta por si misma del nivel que alcanzó este creador que llegó a ser considerado durante muchos años el sucesor natural de Karl Lagerfeld en Chanel. En sus primeros años pasó por firmas como Guy Laroche y hasta llegó a ponerse al frente de Yves Saint Laurent Rive Gauche antes del desembarco del imperio Gucci y la llegada de Tom Ford. Después de eso, tuvo su gran oportunidad. En 2001 fue nombrado director creativo de Lanvin, la maison más antigua de la costura francesa y al frente de la cual estuvo 15 años. Fue él quien le devolvió el brillo que había alcanzado cien años antes cuando Jeanne Lanvin creó una casa que inventó la moda infantil y se enfrentó al look masculino de los años 20 con el ‘robe de style”. Fallecida la fundadora, Lanvin solo gozó de otra edad dorada antes de la llegada de Elbaz: el español Antonio Castillo en los años 50 consiguió darle el relumbrón que se merecía y aseguró su continuidad.

En 2001 él impuso desde Lanvin una estética de cremalleras, lazos y aires deportivos que revolucionaron la moda en general. Fue el momento en el que Hollywood y las celebrities se rindieron a sus pies, con un momento muy dulce cuando Meryl Streep recogió su Oscar por ‘La dama de hierro’ vestida con una de las creaciones de Elbaz para Lanvin.

“He perdido no solo un colega sino también a un querido amigo”, aseguraba Johann Rupert, fundador del grupo Richemont con el que estaba ahora aliado Elbaz para su nuevo proyecto. “Alber se había ganado una reputación como una de las más brillantes y queridas figuras de la industria. A mí siempre me fascinó su inteligencia, sensibilidad, generosidad e increíble creatividad. Era un hombre con un talento y un afecto excepcional, y su singular visión, sentido de la belleza y empatía deja una impresión indeleble en todos nosotros”.

En el perfil de Instagram de AZ Factory se despedían de él esta mañana así: “Nos hiciste soñar, nos hiciste pensar y ahora vuelas. Amor, confianza y respecto, siempre”.