Entrevista
Lucía Rivera: «Se me han cerrado muchas puertas en el mundo de la moda por ser quien soy»
Imagen de la firma Anneke, lucha por que se la valore por su trabajo y no por sus relaciones sentimentales
Segura de sí misma, orgullosa de su trabajo y pisando fuerte. Así se presenta Lucía Rivera, hija de Blanca Romero y Cayetano Rivera Ordoñez, quien la adoptó en 2001 tras la boda con su madre, a la entrevista con LA RAZÓN después de la presentación de sus imprescindibles para viajar de la nueva colección de Anekke, marca de la que es imagen hace unos años. Decidida y con carácter. Ella siempre ha sido así. Pero sin duda, ahora nos encontramos a una nueva Lucía. La pandemia también la ha hecho cambiar, como a la mayoría. Ya no pretende ser esa adulta encerrada en un cuerpo de niña. Quiere vivir, reir y sentir todo con la pasión y la locura propias de su edad. Quiere disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, de sus amigos y de la gente de verdad. Lejos de los focos y del postureo de las redes sociales que tan poco le gustan.
Está harta, y con motivo, de tener que dar explicaciones sobre su relación y ruptura con Marc Márquez. Cansada de que en pleno 2021 a las mujeres se las siga valorando más por sus amoríos que por su trabajo. Y no se esconde. Ahora es feliz. Así es la nueva Lucía Rivera.
–¿Dónde sueña con viajar?
–Me encantaría volver a México y a Tulum. Estuve justo antes de la pandemia y me enamoré. Pero amor del bueno, ¿eh?, siempre digo que me encantaría irme una temporada a vivir y a trabajar a México porque me encantan su cultura y su gente.
–¿Qué consejos nos da para hacer la maleta perfecta?
–Mi truco estrella es meter siempre básicos y que combinen con todo. Y si voy de vacaciones... Ahí ya se me complica la cosa (risas). No pueden faltar muchos bikinis, protección solar, bolsos, pareos…
–Vamos, que es de las que meten de todo en una maleta de mano…
–¡Imposible! De hecho, mis amigas me odian porque nos marchamos cuatro días y me llevo dos maletas. Pero es que en verano me cambio bastante de ropa, porque sudas, me ducho tres veces al día… Pues entonces aprovecho y me pongo muchos «looks».
–¿Le ha cambiado la pandemia?
–¡Mucho! Antes pensaba todo demasiado y me regía por la seriedad y la rectitud. Con todo lo que ha pasado me he dado cuenta de que hay que vivir más la vida. Estoy intentando hacerlo como una chica de mi edad. Siempre he vivido la vida de una mujer mayor. Y eso también es madurar, fluir.
–Vamos, que la crisis sanitaria le ha enseñado a disfrutar del momento…
–Totalmente, y a valorar mucho más a quién quiero y a quién no a mi alrededor. A valorar más a mis amigos. Ahora los veo más y los disfruto. Estoy orgullosa del grupo que tengo porque estoy rodeada de gente humilde y honesta. Y eso lo valoro más ahora. Antes era una Lucía y ahora soy otra.
–Y también entiendo que ha podido disfrutar más de su familia…
–Sí, he podido disfrutar de otras cosas que me hacían falta.
–Evita las redes sociales?
–Son un vicio. Yo quiero tener una vida tranquila e íntima. Además, tengo el peso de la Prensa, si subo algo puede tener repercusión. Estoy muy presionada, no lo digo mal, pero lo siento así, por eso intento estar más alejada.
-¿Le afectan las críticas?
–Antes sí, ahora no. No me afectan de la misma manera, porque lo veo lejano a mí. Al final pienso que los que me conocen son mis amigos y mi familia. Esa es la opinión que me tiene que importar.
–¿Qué se valora menos, la profesión de modelo o la de influencer?
– La de modelo, sin duda.
–¿Pertenecer a una familia famosa la ha ayudado?
–A todos nos ayuda algo. Me ha ayudado para abrirme algunas puertas pero también me ha cerrado otras importantes que son las que yo quiero abrir.
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