Delincuencia

Una mafia marroquí, detrás de las amenazas contra la princesa Amalia de Holanda

Los delincuentes han intentado atentar contra el primer ministro y secuestrar al titular de Justicia belga

Miembros de la mafia marroquí (Nador City)
Miembros de la mafia marroquí (Nador City)jmz

Una mafia marroquí está detrás de las amenazas e intentos de secuestro de varias autoridades holandesas, incluida la princesa Amalia, heredera al trono. Según informa el digital “Nador City”, que cita al semanario “Paris Match” e investigaciones propias, las fuerzas de seguridad Holandesas siguen con las pesquisas para detener a los miembros de dicha mafia.

El grupo criminal controla los puertos de Amberes en Bélgica y Rotterdam en los Países Bajos, que “son dos centros principales para el mercado de la cocaína en el viejo continente”. La mafia ha amenazado, además de a la princesa heredera, al primer ministro de Holanda y al ministro de Justicia de Bélgica El citado titular de Justicia declaró en su momento que iba a acabar con estas mafias. A continuación, fue objeto de un intento de secuestro por parte de cuatro personas, incluido un joven de 20 años. quien estaba en posesión de un arma de fuego, cinta adhesiva y una caja de gasolina, antes de ser detenidos el pasado mes de octubre.

La princesa acababa de empezar a estudiar en Amsterdam, antes de verse obligada a quedarse en el palacio real con sus padres en La Haya. Y hace un año, Mark Rutte, el primer ministro holandés, descubrió personas extrañas deambulando fuera de su casa y, desde entonces, vive bajo estricta protección de seguridad, como otros 200 políticos, periodistas y jueces, según fuentes de lala investigación.

Hace tres semanas, recuerda el digital, la Policía Nacional española y los Mossos lograron desmantelar una banda vinculada a la mafia marroquí “Mukro Mafia” en Holanda. Esta banda delictiva” es un grupo formado por muchas organizaciones criminales relacionadas con el tráfico de drogas entre Marruecos y y Europa, ya que está dirigida por inmigrantes marroquíes, concluye “Nador City”.