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Presuntos abusos

¿Podría el Príncipe Andrés ir a la cárcel?

Virginia Giuffre ha demandado al hijo de Isabel II de Inglaterra por un presunto delito de abusos sexuales. Desde palacio guardan silencio

El príncipe Andrés y Maxwell
El príncipe Andrés y MaxwellLa RazónLa Razón

Siempre se ha dicho que el príncipe Andrés es el ojito derecho de Isabel II. Durante toda su vida, el tercer hijo de la soberana, ha ido hilando polémicas. Pero siempre ha contado con el apoyo incondicional de la reina. Apartado de la vida pública desde 2019 por el gran escándalo que se creó por su amistad con el magnate Jeffrey Epstein –el influyente multimillonario que se suicidó en agosto de 2019 en la prisión de Nueva York, donde esperaba un juicio por tráfico sexual de menores– el duque de York se encontraba estos días junto a Isabel II en el castillo de Balmoral (Escocia), donde a la jefa de Estado le gusta pasar el verano. Y ha sido allí cuando su tranquilidad se ha visto perturbada al recibir la noticia de que ha sido demandado por Virginia Giuffre, presunta víctima de Epstein, por agresión sexual en un tribunal federal de Nueva York.

La estadounidense, ahora de 38 años, lleva años narrando los supuestos abusos a los que fue sometida cuando tenía 17 años en Londres, Nueva York y una isla del Caribe. El príncipe Andrés, de 61 años, siempre ha dicho que ni la conoce y ni mucho menos ha mantenido relaciones con ella. Pero la demanda realizada bajo la Ley de Víctimas Infantiles de 2019 –que permite a las víctimas de abuso sexual infantil presentar casos que ya han prescrito– cambia ahora las reglas de juego.

¿Podría terminar el royal en la cárcel? «El duque de York no puede esconderse detrás de la riqueza y los muros del palacio y debe responder ante la justicia en un tribunal de EE UU», asegura a la BBC David Boies, abogado de la supuesta víctima. Desde palacio, guardan silencio.

El proceso civil que tiene lugar en Nueva York continuará incluso si el duque y su equipo legal no se involucran. Una sentencia civil en los Estados Unidos normalmente se ejecutaría en Inglaterra solicitándola al Tribunal Superior. Con todo, el príncipe no se enfrenta a la perspectiva de una audiencia de extradición, ya que esto solo se aplica a los cargos penales y no a los civiles.

En cualquier caso, Melissa Murray, profesora de Derecho en la Universidad de Nueva York, asegura que Andrés «podría tener que pagar ahora indemnizaciones significativas». «No se trata de si irá a la cárcel o no, no tiene ninguna exposición criminal en este caso en particular», explica en una entrevista con la BBC. Ante la posibilidad de que el príncipe tuviera que ir a juicio, la experta señala que el equipo legal del duque de York probablemente estaría más preocupado de que llegue en un «momento realmente desafortunado», coincidiendo con el proceso al que se enfrenta a partir de noviembre Ghislaine Maxwell, amiga íntima del royal, ex novia de Epstein y la supuesta responsable de reclutar a las chicas en la red de menores.

Según las víctimas del pedófilo, ella guarda todos los secretos que Epstein se llevó a la tumba, por lo que ahora todos se preguntan si esa información pondrá contra las cuerdas al miembro de la familia real británica. Al fin y al cabo, en su desastrosa entrevista con la BBC en 2019 para intentar lavar su imagen el mismo hijo de Isabel II explicó que Maxwell fue «elemento clave» en su amistad con Epstein. Los abogados de la supuesta víctima aseguran que habían tratado de negociar un acuerdo con el duque fuera de los tribunales, pero éste no respondió a sus llamadas, por lo que Guiffre ha decidido finalmente acudir a los tribunales para «recuperar» su vida.

La noticia llega después de conocerse que el fondo creado para intentar compensar a las víctimas de las agresiones y abusos sexuales cometidos por Epstein dará por concluida su función después de desembolsar unos 121 millones de dólares (106 millones de euros) a un total de 150 mujeres. Las víctimas que han decido aceptar el dinero ya no podrán presentar cualquier demanda contra el patrimonio de Epstein, pero sí podrán compartir información con las autoridades y participar en otras investigaciones paralelas relacionadas, así como hacer públicas sus historias.