Este domingo, la hija de la infanta Cristina y de Uñaki Urdangarin cumple 16 años. Mientras Froilan y Vitoria Federica han tenido una vertiente pública importan, los hijos de los exduques de Palma se han mantenido alejados de los medios. Vivir fuera de España ha facilitado la invisibilidad de los hermanos -Juan, Pablo, Miguel e Irene- ahora rota por la separación matrimonial de los padres. Los cuatro son una piña y aunque cada uno vive en una ciudad diferente están en contacto constantemente. Esta unidad es muy común a familias de diplomáticos que por razones laborales del cabeza de familia cambian cada cierto tiempo de país y domicilio. Los Urdangarin Borbón han vivido en Barcelona, Wasingthon y su último destino desde el 2014 fue Ginebra.

Irene que el 5 de junio cumplirá 17 años es la única que permanece en el domicilio familiar y desde allí viaja a España siempre que puede. La hemos visto en Madrid de compras con la abuela doña Sofía a la que adora igual que al rey emérito. Hace unos días, en Semana Santa posaba feliz en Dubai junto a don Juan Carlos, su madre la infanta Cristina , su tía la duquesa de Lugo, sus tres hermanos y Victoria con la que se lo pasa muy bien. A pesar de la diferencia de edad las primas tienen mucha afinidad. A las dos les gusta la moda, esquiar, y durante los muchos veranos que toda los miembros de la Familia Real pasaban en Palma, en el palacio de Marivent compartían su afición marinera. Otro de sus destinos preferidos es Barcelona donde tiene amigos y a parte de la familia Urdangarin a la que también está muy unida. Se suele instalar en la casa de su tía Ana. Como curiosidad en ese domicilio se escondió su padre cuando se hizo público su noviazgo con la infanta Cristina.

En las vacaciones de Navidad el lugar de encuentro con sus hermanos que durante el curso mantienen su diáspora académica es Vitoria donde vive la abuela paterna Claire Liebaert y el resto de primos Urdangarin. Con ellos hace vida de pandilla, (cuadrilla como lo llaman) y acude a los lugares de moda que frecuentan los jóvenes en la capital alavesa.

Irene tiene su whatsapp familiar y otro para comunicarse con los hermanos donde se cuentan sus cosas, se cuidan y se gastan bromas. Al ser la pequeña de la casa ha estado siempre muy protegida. Los que la han tratado aseguran que es muy independiente, con sentido del humor muy parecido al de don Juan Carlos, muy inteligente y sin ganas de sobresalir en el mundo mediático. En este sentido ha elegido pasar desapercibida y no tiene interés en convertirse en influencer como Victoria Federica. Prefiere la discreción y con ese perfil mantiene su existencia en Ginebra alejada de los seguimientos de los reporteros como le ha sucedido a su hermano Pablo en Barcelona. A pesar de lo que ha supuesto el tsunami de la separación de sus padres, la parte positiva de esa noticia ha sido ver la educación y el talante de los chicos tanto del jugador del Barcelona como de su hermano Juan. Ambos han tenido que lidiar con las preguntas de los reporteros con total corrección que ha demostrado esa espléndida educación recibida.

Por edad con quien más afinidad tiene Irene es con Miguel, pero quien la hace reír es Pablo. Su gran protector desde que ella era un bebe ha sido Juan, el primogénito. Esa tutela afectiva la hemos visto a través de los años en los reportajes publicados en prensa. Juan siempre pendiente de su hermanita pequeña

Desde los 10 años, Irene estudia en el colegio Internacional de Ginebra considerado como uno delos veinte mejores de Europa según un informe del diario Tribune, el más influyente de Suiza. En el Ecolint (que así se conoce) tiene su grupo de amigos incondicionales que también la protegen. Irene es una adolescente muy sociable, juega al tenis, participa en maratones, colabora con instituciones solidarias y como curiosidad colecciona zapatillas deportivas que es uno de los regalos que pide por su cumpleaños. Sus preferidas son las Golden Gosse y con ellas la hemos visto conjuntado con un vestido de Zara igual al que tiene su prima la princesa Leonor.