Familia Real británica
Camilla y su exmarido: Una presencia inesperada en Cheltenham
Mientras Carlos III se ausentaba, la reina disfrutó del Festival junto a Andrew Parker Bowles, en una imagen de sorprendente armonía familiar
La monarquía británica es un espectáculo en sí misma. Entre apariciones públicas y momentos de absoluta discreción, el rey Carlos III y la reina Camilla han construido una imagen de unidad inquebrantable Siempre juntos, siempre alineados. Pero desde el diagnóstico de cáncer del monarca, el pasado año, la reina ha asumido un nuevo rol. Ya no es solo la esposa del rey: es su escudo, su aliada más feroz.
En los últimos meses, Camilla ha multiplicado sus apariciones en representación de la Corona. Ha asistido a compromisos oficiales, ha mantenido viva la tradición y, sobre todo, ha protegido a Carlos del ojo público en momentos de vulnerabilidad. Pero la monarquía es una máquina que nunca se detiene y, esta semana, un evento en particular captó todas las miradas.
Cheltenham, cita imprescindible para los amantes de la hípica
El miércoles 12 de marzo, el Festival de Cheltenham -una de las citas más importantes del calendario hípico británico- reunió a la élite ecuestre y a miembros de la realeza. Pero la imagen más llamativa del día no fue la de Camilla con Carlos, sino con Andrew Parker Bowles. Su exmarido.
A los 85 años, Andrew sigue siendo una figura cercana a la reina. No solo comparten hijos y nietos, sino también una conexión que ha resistido divorcios, escándalos y décadas de transformaciones en la familia real. Junto a él, sus dos hijos: Tom Parker Bowles, de 50 años, y Laura Lopes, de 47. Una imagen de armonía familiar que desafía las convenciones de las dinastías reales.
¿Dónde estaba Carlos III?
¿Y el rey Carlos? En esta ocasión, ausente. Desde el año pasado, Camilla asumió el patrocinio del Jockey Club junto a su esposo, un gesto que reafirma su amor por las carreras de caballos, una de sus pasiones más constantes. No sorprendió, entonces, verla llegar con un look llamativo: abrigo elegante, guantes de cuero y un sombrero que capturó todas las miradas.
Pero no fue la única royal en la pista. Zara Tindall y la princesa Eugenia de York también asistieron al evento, acompañadas por sus respectivos esposos, Mike Tindall y Jack Brooksbank. Los cuatro, impecablemente vestidos, posaron con naturalidad, demostrando que en la realeza británica la tradición y la modernidad conviven con sorprendente facilidad.
El Festival de Cheltenham fue un éxito en todos los aspectos. Un desfile de estilo, diplomacia y relaciones que trascienden títulos y etiquetas. Porque si algo ha demostrado la reina Camilla es que en la monarquía, como en las carreras, lo más importante no es solo quién cruza primero la meta, sino quién se mantiene firme en el camino.