La Haya

Máxima se burla de Trump: ironía real en plena cumbre de la OTAN

Con un gesto tan sutil como demoledor, la reina Máxima de los Países Bajos ridiculizó públicamente a Donald Trump durante su visita oficial. La escena, grabada por las cámaras de la OTAN, se ha convertido en el momento más comentado -y polémico- de la cumbre en La Haya

President Donald Trump poses with Netherland's King Willem Alexander and Netherland's Queen Maxima at the Paleis Huis den Bosch prior to attending a NATO summit in The Hague, Netherlands, Wednesday, June 25, 2025. (Frank van Beek, Pool Photo via AP)
Los Reyes de los Países Bajos y Donald TrumpASSOCIATED PRESSAgencia AP

Lo que debía ser una jornada de diplomacia contenida y protocolo milimétrico se convirtió en un escenario inesperado de sátira real. Máxima de los Países Bajos, reina consorte y reina del estilo, firmó uno de los momentos más virales -y audaces- de la reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya. Frente a las cámaras, y sin levantar la voz, la argentina logró lo impensable: burlarse del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su propia cara.

El contexto no podía ser más solemne. La cumbre, considerada por muchos la más relevante desde el fin de la Guerra Fría, reunió a los líderes del bloque atlántico bajo el techo histórico del palacio Huis ten Bosch. Máxima, vestida con un mono capa verde lima de Natan Couture, pelo suelto, uñas burdeos y diamantes de escándalo, decidió no pasar desapercibida. Ni por su look ni por su actitud.

"Maravilloso"

Durante el saludo matutino del segundo día, Trump fue recibido por los reyes Guillermo y Máxima para una foto informal antes del desayuno. El presidente, fiel a su estilo, se lanzó a una de sus frases genéricas de cortesía -"Muchas gracias a todos. Maravilloso"- acompañada de su característica mueca labial. Fue entonces cuando Máxima, sin esperar a estar fuera de cámara, bajó la mirada, contuvo una sonrisa maliciosa y repitió en voz baja, imitando su gesto y tono: "Muchas gracias a todos. Maravilloso".

La secuencia fue captada por las cámaras de la OTAN, y aunque Trump pareció no percatarse, las redes y medios internacionales no tardaron en hacerse eco. Para muchos, fue una escena insólita de empoderamiento silencioso; para otros, una osadía diplomática. Pero, sobre todo, una burla cargada de ironía y estilo que dejó al presidente sin control del guion.

A esto se suman otros momentos incómodos: la diferencia de altura real (y no declarada) entre Trump y la familia real holandesa, su visible incomodidad en el protocolo europeo y, por si fuera poco, la broma local que se viralizó tras pasar la noche en el palacio: un anuncio de productos de limpieza con el mensaje "¿Manchas naranjas en las sábanas reales?" en clara alusión al invitado estadounidense.

En plena era de corrección y diplomacia calculada, Máxima ha hecho lo que pocos se atreven: enfrentarse al ego de Trump con una burla discreta, elegante… y absolutamente letal.