
Reencuentro
El plan de amigas de la Infanta Sofía en Madrid
La hija menor de los Reyes administra la distancia y la intimidad como una generación: con AirPods, sushi y abrazaos que solo existen cuando no hay protocolo

La Infanta Sofía -18 años-- vuelve a Madrid en su primera "reading week" desde el Forward College de Lisboa. Es un permiso académico, sí. Pero también es una licencia emocional.
"Semana" publica las imágenes: Sofía y una amiga sentadas en un banco, descanso de paseo, confidencias desde código 2006 -que fue la edad en la que se conocieron casi todos los de este círculo del Rosales-. Friends, tapas, otoño. Y una mesa en un japonés. Y abrazos: el gesto más sencillo y el más prohibido de exhibir cuando llevas tratamiento institucional.
La ropa es su idioma silencioso: vaquero gris, jersey azul, botín medio, y un fular con lunares burdeos. Nada de excesos: una coreografía de "normalidad" estudiada, o simplemente una normalidad totalmente no estetizada.
Vuelta a casa
Pero el subtexto es otro: Sofía está aprendiendo que la distancia se puede gobernar. Y que se puede volver a casa sin solemnidad. Que Madrid puede ser refugio. Que Lisboa puede ser presente. Que Gales -que fue internado y rito de paso- puede quedar como antesala.
En portada, esta semana, la Infanta convive con la otra conversación: las memorias de Juan Carlos I en Francia y el nuevo giro al relato con Sofía madre en el centro moral. Y las imágenes del funeral de Estado por la DANA en Valencia. La monarquía, en modo multipantalla: pasado, institución, duelo, y mientras, una heredera 2.0 ensayando qué es ser libre dentro de una vida que jamás será libre del todo.
La Casa Real envía señales controladas de Lisboa: fotos de su nueva vida universitaria, sin ruido. Sofía parece haber leído bien su época: la fama ahora se gestiona por sustracción.
Volverá en Navidad. Probablemente volverá más veces antes. Pero ya no vuelve como menor. Vuelve como adulta que empieza a diseñar la narrativa de su propia biografía.
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