Los Reyes y sus hijas repiten en uno de sus restaurantes favoritos de Mallorca: cena como la realeza por menos de 100 euros

Este martes 5 de agosto, los Reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por sus hijas, visitaron la exposición Paysage Miró en la Lonja de Palma, cerrando con broche cultural sus vacaciones oficiales en Mallorca. Fue una visita cuidada, en horario vespertino, acompañados del nieto del artista, Joan Punyet Miró, y rodeada de discretas dosis de cercanía popular y diplomacia institucional.

Concluida la visita, los Reyes y sus hijas quisieron despedirse de la isla balear con una cena en un restaurante conocido y con sabor familiar. Se trata de Mía, sito en la zona de Portixol y unos de los favoritos de don Felipe, doña Letizia, doña Leonor y doña Sofía. De hecho, el año pasado también visitaron el local, acompañados además de la Reina Sofía, su hermana Irene de Grecia, el doctor Fruchaud y su mujer, Tatiana Radziwill, prima tercera de la madre del jefe de Estado.

El restaurante ofrece una carta de platos típicos de Mallorca, especializada en arroces y pescados frescos, y entre sus elaboraciones estrella se encuentran la fideuá, la caldereta, el calamar salteado con sobrasada, el bogavante, el ceviche de lubina con fresas o su versión de la ensaladilla rusa con salmonetes en escabeche.

Todo el que lo ha probado coincide en el mimo que se pone en sus platos y en la calidad del producto. Una experiencia gastronómica digna de la realeza pero al alcance de cualquier bolsillo medio, puesto que una cena para dos rara vez llega a superar los 100 euros de factura.

Guillermo Cabot es el chef que se encuentra detrás de la carta de Mia, un viejo conocido de los Reyes Felipe VI y Letizia, puesto que también probaron su comida cuando trabaja en el restaurante Ola de mar. Quedaron tan satisfechos que no han dudado en apoyarle en su nueva aventura al frente de Mia, “un lugar donde todos los sentidos entran en juego”. Su propuesta pasa por ofrecer una experiencia única al cliente, cuidando cada mínimo detalle y ofreciendo solo productos fresco y de calidad, “claves para crear platos exquisitos”.

El resto de comensales no disimuló su sorpresa ante la llegada de los Reyes y sus hijas, y algunos quisieron inmortalizar el momento con una robada fotografía. Sus Majestades, la Princesa y la Infanta saludaron amablemente a parte del personal de local, incluido el chef Cabot y Rosa, su hermana, de la que doña Letizia se despidió con un fuerte abrazo que refleja el cariño que se profesan. Como curiosidad, en el restaurante se podía comprar lotería de Navidad, el número 48.017. Quién sabe si la Familia Real ha probado suerte...

Una última -y casi obligatoria- parada en Palma de Mallorca antes de que, como cada año, la Familia Real disfrute de sus vacaciones privadas. De esas, ya lo sentimos, no habrá fotos.