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Casas reales

El niño sin sexo de Meghan Markle

La ex actriz, muy activa en las redes sociales, tuvo que cerrar sus perfiles al anunciar su compromiso con Harry
La ex actriz, muy activa en las redes sociales, tuvo que cerrar sus perfiles al anunciar su compromiso con Harrylarazon

El panorama internacional se mantiene en vilo ante el inminente nacimiento del primer hijo de los duques de Sussex, un bebé al que Meghan Markle quiere criar de manera neutral respecto al género, es decir, que decida él si quiere ser niño o niña. Una polémica más desde la entrada de la actriz en Buckingham Palace.

El nacimiento del primer hijo del príncipe Harry y Meghan Markle es centro de atención en todo el mundo. la presencia ayer de una ambulancia a las puertas de Frogmore Cottage, la casa a la que se han mudado recientemente, ha hecho saltar las alarmas. ¿Ha nacido ya el «Baby Royal» o la presencia del vehículo sanitario es por prudencia ante una posible complicación en el parto, si finalmente la ex actriz da a luz en casa? Al cierre de esta edición, la Casa Real británica no se había pronunciado al respecto y el anuncio del nacimiento podría incluso prolongarse en el tiempo, ya que los duques de Sussex ya anunciaron que no posarían inmediatamente con el bebé recién nacido.

La entrada de Meghan Markle en Buckingham Palace se interpretó como un soplo de aire fresco para una institución, en ocasiones, demasiado encorsetada por un estricto protocolo. La imagen de la actriz norteamericana, divorciada y mestiza, entrando sola el día de su boda, sin ningún padrino, a la capilla de St. George del Castillo de Windsor pasó a la posteridad. Pero, ¿estaban los británicos preparados para tanta modernidad? La inminente llegada del primer hijo de los duques de Sussex pone el broche de oro a un año plagado de polémicas. Cada noticia relacionada con la que fuera intérprete de la serie «Suits» crea debate, por pequeño que sea el detalle. Sin ir más lejos, el color de esmalte negro para las uñas que muestra en algunas de sus apariciones públicas es considerado por algunos puristas como nada apropiado para un miembro de la familia real. Su dieta vegana, los ejercicios de yoga a las 5 de la mañana... todo se analiza con lupa. A su favor puede decirse que su estilo de vida era ya conocido porque publicaba todo en sus redes sociales. Era muy activa hasta que tuvo que cerrarlas cuando se anunció su compromiso con el príncipe Harry. En definitiva, Palacio ya sabía a quién metía en casa. Pero con la llegada del bebé, la polémica ha ido más allá. La gota que colma el vaso ha sido la noticia publicada por «Vanity Fair» que asegura que Meghan quiere criar a su hijo de manera neutral respecto al género, es decir, que decida él o ella si quiere ser niño o niña. La revista señalaba incluso que los duques ya habían visto una guardería que los educa bajo esta premisa. Ha sido tal el revuelo montado que un portavoz del Palacio de Kensington, la residencia oficial de Meghan y Harry en Londres, ha tenido que pronunciarse al respecto aclarando que la noticia es «totalmente falsa». Resulta bastante inusual que Palacio reaccione ante las noticias sobre informaciones de la vida privada de sus miembros. Pero con Meghan se están haciendo bastantes excepciones. Las malas lenguas aseguran que quiere tener todo controlado, que le preocupa sumamente su imagen pública y que su marido está dispuesto a hacer cualquier cosa para complacerla. No solo a nivel de comunicados oficiales, sino también en el personal, ya que incluso sigue de lunes a viernes la dieta vegana de la otrora actriz permitiéndose solo el lujo de comer algo de carne los fines de semana. Pero las noticias sobre el «royal baby» no paran ahí. Según «The Mail on Sunday», quiere romper también con la tradición y nombrar a su propio equipo responsable en el momento del parto en el que, al parecer, no quiere la presencia de ginecólogos varones. También se ha llegado a hablar de que deseaba una doula, una figura, generalmente femenina, que apoya a la madre durante el embarazo y el parto. En definitiva, todo muy moderno, muy a la americana.

Estilo extravagante

Es cierto que los duques de Sussex tienen algo más de libertad comparados con los de Cambridge. Al fin y al cabo, William y Kate en su día se convertirán en futuros reyes. Y está claro que los hijos de Meghan y Harry no tendrán tanta responsabilidad y escrutinio que sus primos. Pero la monarquía debe seguir un fino sendero entre modernidad y tradición, y también permanecer fiel a su propósito central de servir al pueblo británico, tanto oficial como simbólicamente. Y el estilo de vida de Meghan, calificado por algunos de extravagante, se sale de las pautas establecidas. Desde luego se aleja mucho del de Kate, siempre comedida y siguiendo a rajatabla el estricto protocolo. La mujer de William ha dado a luz a sus tres hijos
–George, Carlota y Louis– en la exclusiva Ala Lindo del Hospital St. Mary, en el centro de Londres. Pero su cuñada prefiere un lugar más «privado». Y, por supuesto, nada de fotos en cuanto dé a luz.

Las discrepancias de la actriz con Palacio chocan hasta a nivel de decoración. Según «Daily Mail», quiere usar pintura vegana infundida con aceite de eucalipto para decorar la habitación de su bebé en Frogmore Cottage, la casa de Windsor propiedad de Isabel II, a la que la pareja se mudará próximamente para escapar del ruidoso Londres buscando tranquilidad y también algún tipo de tregua por parte de los diarios. Las tareas de renovación de la mansión han costado 3 millones de libras (alrededor de 3,5 millones de euros). Porque, eso sí, los hábitos de Meghan pueden ser todo lo sanos del mundo, aunque no son especialmente baratos. Meghan, que creció en California y es defensora de los tratamientos holísticos desde hace mucho tiempo, ha sido vista en una boutique de lujo que ofrece tratamientos homeopáticos para las futuras madres. Por no hablar de la «baby shower» que le organizaron en Nueva York sus famosas amigas –entre ellas Amal Clooney–. La fiesta en sí duró tres días y supuestamente costó unos 350.000 euros. Aquello también provocó un aluvión de críticas.