Cargando...

Opinión

Esperanza Aguirre y el diablo

Parece que pactar con él ahora es difícil: tiene superávit de almas. Y se las ofrecen por casi nada, incluso por el alquiler de una chabola céntrica en Vallecas

Esperanza Aguirre Biel AliñoEFE

Esperanza Aguirre es, más que bocachanclas, como algunos la llaman, una mujer divertida y con sentido del humor, creo. Habla y el circo nacional se anima. Recientemente ha dicho que para echar al Apolo de la Moncloa de su trono sería capaz de pactar con el diablo. «Para echar al diablo, que nos apoye el diablo», aclaró. Y eso es mucho decir en una gran devota, sobre todo después de sobrevivir aquel accidente de helicóptero en 2005 en el exterior de la plaza de toros de Móstoles: el aparato se precipitó al suelo al poco de despegar. «Nos hemos salvado de milagro», dijo. Seguro que lo atribuyó a la Virgen de la Esperanza, de la que es muy fan. Mariano Rajoy, que viajaba con ella, probablemente se encomendó al Apóstol Santiago, pero juró que nunca más se montaría en un helicóptero. Por si el santo se distrae otra vez.

Volviendo al diablo. Parece que pactar con él ahora es difícil: tiene superávit de almas. Y se las ofrecen por casi nada, incluso por el alquiler de una chabola céntrica en Vallecas. Mi duda: ¿quién es Satán para Esperanza? Marisú, la vicetiple, lo tiene claro: «El que se viste como Vox, habla como Vox y cuenta los mismos argumentos de Vox, es Vox». Y añade: «Si el PP no combate a Vox, está alimentando a la Bestia. La Bestia se come todo lo que pilla por delante, incluido al PP». Ahora se explica por qué Santiago Abascal está tan cachas, como si se hubiera zampado también los Presupuestos de Marisú. Pero no se comerá a la Bego ni a Álvaro García Ortiz: la Bestia no puede con San Cándido, que evitará que el Falcón caiga como el helicóptero de Móstoles. Alberto Núñez Feijóo tendrá que ofrecer parte de su empanada de berberechos a la Bestia. Lo profetiza Esperanza Aguirre.