Entrevista
Andrés Velencoso se sincera en LA RAZÓN: “Podría vivir de las rentas”
El modelo ha acudido a la clausura de las regatas de vela de Mallorca como embajador de BMW
Posiblemente, los 43 años de Andrés Velencoso sean de los mejor llevados del mundo de la moda y de la publicidad internacional. Que gana en las distancias cortas es una realidad, y que su media sonrisa cautiva, es tan cierto como que usa un 45 de calzado y le aburren las entrevistas en las que le preguntan por sus parejas y exparejas. Como embajador de BMW ha acudido a la clausura de las regatas de vela en las que compite el Rey Felipe en la bahía de Palma.
-¿Le aburren las entrevistas?
-Me aburren las que me preguntan por mis parejas. Acabo de hacer hoy unas cuantas y siempre me acaban preguntando por qué soy tan hermético, y no soy hermético. Si lo parezco es porque me aburre escucharme hablar sobre parejas.
-¿De qué podemos hablar que le resulte interesante?
-De mis aficiones, como la fotografía, que acabo de retomar. También de motor o de gastronomía. Yo entiendo que la gente quiera saber con quién salgo, si me voy a casar o si voy a tener hijos. Pero es el tópico cansino como una coletilla repetitiva. Yo entiendo que se busquen los titulares, pero no me gusta dar titulares que no son míos.
-Además, cuando ya está en pareja, entonces vamos y le divorciamos...
-Porque cuando se enteran de que estoy en pareja, ya me estoy divorciando. Siempre van tarde.
-Pero sí hablará de mujeres con sus colegas...
-Claro, pero lo hablo con mis amigos, no con periodistas. Ahí es donde hay que colarse para escucharme (ríe).
-¿Alguna vez ha deseado ser feo?
-Nunca, ¿quién desea ser feo?
-Pues uno que está harto de ser guapo.
-No, que va, y menos dedicándome a lo que me dedico, trabajando como modelo.
-¿Echa de menos dedicarse al cien por cien a su carrera de modelo?
-No soy yo un modelo de hacerse todas las Semanas de la Moda. He sido más imagen de campañas que de hacerme las pasarelas, pero subirse a una mola mucho, el lanzarte desfilando, el que sea en vivo, eso sí mola.
-Y si no hubiera sido tan guapo, ahora estaría detrás de la barra del restaurante familiar...
-Esa era la opción A de mi vida, lo tenía pensado porque tenía que continuar con el negocio familiar. Mi hermana los ha llevado durante cuatro años pero se ha cansado y lo ha dejado. Hemos alquilado el negocio de Tossa de Mar justo antes de la pandemia.
-Y como buen hijo le hubiera tocado a usted encargarse.
-No tengo muy claro haber sido muy buen hijo en ese sentido. Yo estaba estudiando turismo y seguramente hubiera llevado el negocio de otra manera. Ahora no me veo para nada ahí.
-¿Y ahora cómo se ve?
-Voy haciendo cositas de modelo, pero es que la palabra modelo ya no puedo ponérmela como etiqueta única. Ahora hago más imagen, llevo mi carrera de actor y soy embajador de algunas firmas, como BMW.
-Hacer publicidad le permite pagar los recibos y desarrollar su carrera de actor, que es una incertidumbre.
-Exacto, puede ser, sobre todo al principio me permitía escoger más los papeles porque tenía otros ingresos.
-¿Qué le gusta en la vida después del encierro?
-Retomé la fotografía, que tenía bastante olvidadilla, el yoga, pasar más tiempo con mi familia y volver a España.
-Un cambio de vida.
-Por lo menos cambio de país. Me estoy planteando dejar de vivir en Londres y regresar a España de forma definitiva. Y tengo ilusión, estábamos metidos en un túnel y veíamos que se iba haciendo más grande, pero ahora parece que poco a poco podemos salir de él.
-Vivimos tiempos convulsos...
-Yo creo que salen noticias sin sentido que solo rellenan espacios. Entrevistas falsas, titulares explosivos, intrusismo laboral… Personalmente, creo que el mundo digital hace que esto funcione de una forma brutal. Por ejemplo, ahora en el mundo de la moda, cualquiera con muchos seguidores es modelo.
-Los actores, igual, le consideran intruso.
-Yo creo que después de diez años, no. Al principio podía ser que alguno lo pensara, pero también hay actores haciendo anuncios de perfumes y facturan lo más grande. Hay que hacer de todo mientras lo hagas de verdad.
-¿Qué le hace feliz?
-Esa es una pregunta enormemente complicada que no tiene una respuesta sencilla. Creo que vivir el presente me hace feliz. Además de salir ahora mismo a navegar para ver de cerca las regatas de vela, me voy a ir la semana próxima a la montaña, a los Pirineos, con mi hermana y mi perro para hacer trekking.
-¿Es muy andarín?
-Pues no lo sé, pero esto me está pasando desde que nos dejaron salir después del confinamiento, en esas tres horas que nos dejaban airearnos, comencé a caminar por las montañas y a conocer unos paisajes espectaculares de la Costa Brava. Estar y vivir el presente me hace feliz.
-Además de ser guapo, parece un tipo duro.
-Me encanta como dices eso de «aparte de ser guapo» (ríe). Creo que después de lo vivido por la pandemia me he ablandado un montón. Antes me costaba más dar un abrazo y decir un «te quiero», pero ahora es un momento de no guardarse nada. A veces tengo una careta de protección porque no quiero explicar cosas que no me apetece contar. Yo prefiero hablarlo con mis hermanas o algún amigo, que son mis confidentes porque no soy de los que se lo quedan para mí.
-Y cuando se calienta, ¿es de los que da un puñetazo?
-Algún puñetazo en la mesa he dado, pero me arrepiento enseguida. No soy peleón, en Inglaterra son más peleones, debe ser por el Peñón, que se lo han quedado.
-¿Ha invertido bien para poder vivir de las rentas?
Yo soy ahorrador. Podría vivir de las rentas pero con 43 años soy muy joven para jubilarme y tengo intención de seguir trabajando.
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