Biografía
Un padre autoritario, una madre arrolladora y una niñez ambigua: los primeros años de Miguel Bosé
El próximo 10 de noviembre el artista publica su libro de memorias “El hijo del capitán trueno”
“El hijo del capitán trueno” es el título del libro de memorias del artista Miguel Boséque llegará a las librerías el próximo 10 de noviembre, según ha anunciado esta misma semana la editorial Espasa, que destaca su capacidad de “pulverizar los prejuicios”.
Una historia que comienza, explica Espasa en un comunicado, como los cuentos: “unos niños perdidos a merced de un padre todopoderoso, acostumbrado a que su voluntad fuera ley, y una madre arrolladora de belleza legendaria”. Eran el famoso torero Luis Miguel Dominguín y la actriz y modelo Lucía Bosé.
“Generoso y audaz como nunca le hemos visto, el autor nos ofrece la cara menos conocida de personajes memorables, desde un Picasso vulnerable y crepuscular, al hermoso y maldito Helmut Berger”, dice la editorial, que explica cómo el lector asistirá en el relato a capeas taurinas con Sofía Loren y Carlo Ponti, Deborah Kerr, Claudia Cardinale o John Wayne. También conocerá a José Mercè de niño, asistirá a fiestas con la familia Gonzlález Flores y navegará con la mismísima Romy Schneider; según aseguran desde Espasa.
Y es que aunque creamos conocer toda la vida profesional y personal del cantante, estas memorias prometen sorprender al lector y descubrir detalles de una faceta de Miguel Bosé todavía desconocida.
Nació en Panamá
Miguel Bosé nació el 3 de abril de 1956 en Ciudad de Panamá, donde sus padres se encontraban por cuestiones laborales. Hijo de una de las parejas más admiradas de la época: el reconocido torero Luis Miguel Dominguín, perteneciente a una familia relacionada a la tradición taurina, y la actriz y modelo italiana Lucía Bosé, ganadora de Miss Italia en 1947. Ambos contrajeron matrimonio en el año 1955 y tan solo uno después venía al mundo su primer hijo en común, Miguel.
Aunque Luis Miguel quería que naciera en Colombia, el lugar donde la familia residía, Bosé se adelantó y nació en Clínica Hospital San Fernando de Panamá. Fue bautizado el 12 de julio como Luis Miguel González Bosé y su padrino fue el cineasta Luchino Visconti. Posteriormente nacieron sus hermanas Lucía, un año más tarde, y Paola en 1960.
Niñez “solitaria y hermética”
El ambiente en el que creció marcó su vida para siempre. El arte y la cultura inundó su vida desde la niñez, y es que sus padres se codeaban con Pablo Picasso y Ernest Hemingway, entro otros muchos. El pintor era habitual en la casa de los Dominguín-Bosé e incluso veraneaban en su casa de la Costa Azul; incluso fue este quien le acompañó en su primer día de colegio.
Aunque confesó que fue un niño solitario que creció rodeado de mujeres, sentía verdadera debilidad por su madre Lucía. “He sido una madre difícil. He hecho de madre, de padre y de guardia civil. Pero nunca he sido la maruja que está siempre encima y sobreprotege”, decía la italiana en una entrevista con Vanity Fair.
Bosé trataba de paliar esa “soledad y hermetismo”, como confesó en varias entrevistas, refugiándose en la lectura. Pero no solo la lectura, desde una edad temprana sintió la necesidad de desarrollar el potencial artístico que albergaba en sus venas, por lo que tomó clases de danza en diferentes escuelas de todo el mundo; aunque soñaba con ser oceanógrafo. En ese momento fue cuando por primera vez decidió que su nombre artístico sería Miguel Bosé.
Lucía Bosé, su madre, el amor de su vida
En una entrevista con Variety, Bosé confesó que “era una familia de personajes fuertes, un torero de un lado y del de mi madre, todo (el peso) del neorrealismo italiano. Además de las cacerías, las fiestas, los amigos, algunas de estas cosas repercutieron en mí cuando era niño y tuve que absorberlas. Nadie apostó a que un niño de figuras tan grandes como la vida, Lucía Bosé, la mujer más bella del mundo, y Luis Miguel Dominguín, el hombre más exitoso y deseado, podría sobrevivir a todo eso”.
Mientras que su madre fue el gran amor de su vida, la relación con su padre fue algo distinta. Y es que mientras que la artista venía de un ámbito mucho más ambiguo que albergaba una mentalidad mucho más abierta, Luis Miguel Dominguín no aceptaba que su hijo quisiera dedicarse al mundo de la música. Ni siquiera en un primer momento veía con buenos ojos el estilo de Miguel al vestir, algo que consideraba demasiado moderno. Pero pese a ello, años más tarde entendió a su hijo y se mostró orgulloso de él en todo momento.
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