Gente

Lucía Bosé siempre fue incomprendida en España

No le faltaron propuestas de amor eterno

Lucía Bosé a su llegada a la presentación del libro ''Lucía Bosé'. Una biografia'', durante el Festival de Roma de 2019. Foto: EFE/EPA/ETTORE FERRARI
Lucía Bosé a su llegada a la presentación del libro ''Lucía Bosé'. Una biografia'', durante el Festival de Roma de 2019. Foto: EFE/EPA/ETTORE FERRARIETTORE FERRARIEFE

En nuestra defensa digamos que Lucía no era una mujer fácil. Ni humana ni artísticamente, alguna de sus películas hoy todavía resultan tan inexplicables como el flipe amoroso que la provocó

Luis Miguel Dominguín- que acabó liándose con su sobrina Mariví.”Garbo” lo publicó tal cual y lo suspendieron “por inmoral” durante tres meses. Fue lo nunca visto .Yo estaba en su redacción de la calle Tallers dirigida por Maria Fernanda Gañán, qué tiempos aquellos. Entonces Dominguín era ídolo taurino de la época, entusiasmo repartido con su más cuñado que amigo Antonio Ordóñez, el padre de mi adorada Carmen que no Carmina. A ella le repateaba que la llamasen así, aniñando o rebajando la personalidad que tenía. Sabía a dónde iba y acabó rendida al matador pinturero que presumía de haber rendido a la misma Ava Gardner cuando ella filmó en el Madrid de Chicote y Lucio Madrid” Orgullo y pasión” lanzando a Carlos Larrañaga que no pasó de ahí. Entonces era meca del cine mundial y los americanos venían porque aquí los rodajes les salían más baratos, no era porque nos quisieran más. El franquismo con una puerta abierta a la libertad, algo acentuado por el descubrimiento turístico. Entonces idearon el “España es diferente” luego casi eslogan superior al “Una, grande y libre”. Lo fue Lucía metida con corsé en una casta tan machista como la taurina donde la mujeres toreras solo fueron una buena intención sin llegar a mas. El “eso es cosa de hombres” triunfó. Carmen , insisto que no Carmina, también lo padeció y puso por montera aquello aunque lo llevase en la sangre. No era lo de Lucía, que llegaba con exagerada aura de estrella italiana en el gran momento creador de aquel país, aupada en papelitos por los Fellini o los Taviani. Pero cuajó aunque nuestra vida qeue encontraba incomprensible y desordenada la confunció. Dio el sí quiero a un matrimonio que pese, a separarse en seguida les duró la friolera de veinte años porque entonces separarse era mas difícil que ahora. Estaba muy mal visto y acaso Lucía no buscó repuesto aunque no le faltaron mas amoríos que amores y propuestas de amor eterno. Y se dedicó inteligentemente a apoyar la vocación musical de su hijo Miguel, algo que Luis Miguel rechazó desde el principio porque lo quería “mataó”.

Escocida, no quiso repetirlo. Era una mujer seductora y dijo adiós a las pasiones como hizo con el cine hasta que en 1968 su mas que amigo Pedro Portabella la convenció para hacer “Nocturno- 29” de claroscuros muy antonianos, mas quisieran¡. Fue un clásico producto de la pretenciosa , aburrida, lenta y fallida Escuela de Barcelona que entonces reñía con las estereotipadas producciones de Cifesa o las mas ambiciosas de IFI films y los subproductos de Ignacio Iquino.

España no entendió a Lucía y mejor suerte tuvo su hijo Miguel, el sí estaba hecho a nuestra medida y supo encajar y triunfar como no lo hicieron pese intentarlo sus hermanas . Lucía remató al lado de Marsillach la follletinesca aunque pretenciosa serie “La señora Garcia se confiesa” done uso mas de lo que había, Adolfo era mejor director que actor y aquí por facilón se le escapó el guión y Lucía resolvió dedicarse a algo ms celestial : dedicó su dinero y esfuerzo en crear en la segoviana Brihuega un Museo de los Ángeles para el que pidió la cesión gratis de su obra a grandes artistas. Ahora ya está con ellos, Dios la tenga en su gloria.

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Escocida, no quiso repetirlo. Era una mujer seductora y dijo adiós a las pasiones como hizo con el cine hasta que en l968 su mas que amigo Pedro Portabella la convenció para hacer “Nocturno- 29” de claroscuros muy antonianos, mas quisieran¡. Fue un clásico producto de la pretenciosa , aburrida, lenta y fallida Escuela de Barcelona que entonces reñía con las estereotipadas producciones de Cifesa o las mas ambiciosas de IFI films y los subproductos de Ignacio Iquino.

España no entendió a Lucía y mejor suerte tuvo su hijo Miguel, el sí estaba hecho a nuestra medida y supo encajar y triunfar como no lo hicieron pese intentarlo sus hermanas . Lucía remató al lado de Marsillach la follletinesca aunque pretenciosa serie “La señora Garcia se confiesa” done uso mas de lo que había, Adolfo era mejor director que actor y aquí por facilón se le escapó el guión y Lucía resolvió dedicarse a algo más celestial : dedicó su dinero y esfuerzo en crear en la segoviana Brihuega un Museo de los Ángeles para el que pidió la cesión gratis de su obra a grandes artistas. Ahora ya está con ellos, Dios la tenga en su gloria.