Entrevista
María José Goyanes: «Yo no hablo de los políticos, porque ellos nunca hablan de nosotros»
La actriz da vida en su nueva obra a un astronauta, un espectáculo que vislumbra va a complacer a niños y adultos
El nombre de María José Goyanes siempre irá será sinónimo de una de las grandes damas de la interpretación españolas. A punto de cumplir 73 años, la veterana y reconocida actriz se niega a abandonar la que desde hace muchos años es casi su primera casa: los escenarios. Ella proviene de una saga familiar con una amplia y dilatada trayectoria artística, y desde que era apenas una niña ya debutó en el teatro, y también en el mundo del cine y de la televisión. Su vocación por la profesión es innegable, y tras casi seis décadas de trabajo a sus espaldas, ahora sorprende con un nuevo proyecto teatral que ha supuesto todo un reto para ella.
Goyanes ha manifestado su descontento con la actitud del gobierno respecto a las pocas ayudas destinadas a la cultura, a la educación y hacia otros ámbitos necesarios para el crecimiento del país.
¿Qué nuevo proyectos teatrales tiene a la vista?
Ahora estoy alternando la obra «Galdós Enamorado» con una nueva función que se llama «Luna en Marte», que estrenamos el día 2 de diciembre. Estará durante tres semanas en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. Doy vida a una astronauta -risas- y figura que nos hemos ido a Marte en en año 2040. Es un espectáculo que creo que va a gustar muchísimo porque puede ir toda la familia, desde los niños a los más mayores.
Con una trayectoria tan amplia y a sus 72 años, ¿cuál es el truco para conservar esa vitalidad y pasión por la profesión?
¡Y la memoria! Pues con vocación, porque si no me gustara esto... Esta profesión es de locos porque todo lo que ella conlleva tiene mucha locura. Yo mis neuras me las he ido quitando con las terapias y las catársis que producen muchas veces las funciones.
Una profesión «de locos» como dice, en la que pueden existir temporadas de muchas funciones, ¿permite la conciliación con la vida personal y familiar?
Depende. Lo que no se puede es este momento tan caótico, en el que los teatros ya no son lo que eran, porque antes te ibas de gira y volvías dentro de tres meses. Ahora son bolos y haces miles de kilómetros para hacer cuatro o cinco representaciones. Es muy cansado y llega un momento en el que una se agota, pero las cosas son así.
¿Cómo gestiona las épocas de sequía laboral?
Lo gestiono mal. Lo más difícil de esta profesión es saber esperar, pero la verdad es que yo me siento una privilegiada. Yo no he pasado baches excesivamente gordos. No solo hay que estar en el lugar correcto, sino que hay que tener un punto de suerte porque sino no se explica que gente tiene tanto talento esté pasándolo tan mal y se quede en el olvido.
¿Qué le queda por hacer?
Siempre queda mucho por hacer. A mí no me gusta la gente que dice que no reniega de nada de su pasado. Yo sí reniego de muchas cosas, como el hecho de haber tomado decisiones erróneas, o incluso casarme y elegir a algunos hombres .
Ha sido una mujer muy arriesgada en la profesión
Sí, yo he tenido mi compañía propia. El teatro cuando ganas, muy bien, pero cuando pierdes, lo haces a una velocidad terrible.
Ha hablado del ‘factor suerte’... ¿Qué parece que las nuevas promesas que aparecen en escena por ser ‘hijos de’ u otros motivos ejerzan como intérpretes? Como por ejemplo, Carla Vigo, sobrina de la Reina Letizia
Son oportunistas. Me parece mal porque en todas las profesiones el intrusismo está muy mal visto, y es una patada al gremio porque hay muchas personas que llevan muchos años, tienen muchos méritos y están a verlas venir. Eso sí, luego el resultado es bueno tendré que callarme la boca.
¿Cree usted que estamos en una época en la que la meritocracia ya no se premia?
Antes no sucedía tanto, pero ahora el que de pronto una «influencer» haga publicidad solo por el hecho de tener muchos seguidores... pues bueno. A mí me entristece y me parece que vivimos en un momento descolocado donde parece que todo vale. Yo creo que deberíamos tener un sindicato que cuidase más todo eso, pero este país está hecho de remiendos y existen pocas cosas relacionadas con la cultura que funcionen bien. Siempre que hay que recortar en cultura, educación o ciencia, se recorta.
¿Tiene alguna opinión política respecto a esto?
No quiero hablar los políticos porque ellos no hablan de nosotros. Solo lo hacen antes de las elecciones, porque sino la palabra “cultura” no se nombra, por eso no hablo de ellos. Tengo una ideología, por supuesto, pero estoy muy enfadada.