Reportaje

Jesús Quintero, aislado en su refugio de Huelva: “Quiero volver a la comunicación”

El mítico periodista tiene entre manos un interesante proyecto para regresar a la pequeña pantalla

Jesús Quintero
Jesús QuinteroGtres

Hace tan solo unos días, veían la luz unas sabias palabras que pronunció el maestro Jesús Quintero en el año 2009. Trece años después, vuelven a cobrar relevancia en un momento muy complicado para el sector periodístico, que se enfrenta a lacras como la desinformación, los bulos y la posverdad. «¿Te imaginas que yo utilizase estas cámaras para atacar a los que me atacan e insultar a los que me insultan? ¿Te imaginas que mintiera y manipulara para defenderme y para defender a mis colegas por indefendibles que fueran sus actos y sus palabras? ¿Te imaginas que utilizara la televisión para mis guerras personales y para machacar cruel y sistemáticamente a los que no me gustan, me estorban y a los que no se someten a mis caprichos? ¿Te imaginas que yo desde aquí te señalara con mi dedo acusador y le gritara a la audiencia que vayan a por esa persona? ¿No te parece que eso sería indecente, canalla, inmoral, un abuso de poder y una falta de ética y de humanidad? Si te lo imaginas, no idolatres ni aplaudas a los que lo hacen constantemente. Ya está bien», sentenció entonces este referente de la comunicación en nuestro país.

LA RAZÓN se ha puesto en contacto con el onubense para conocer de primera mano cómo se encuentra tras una larga temporada fuera de los focos y del ajetreo mediático: «Aquí estoy viviendo cerca de Tartessos (Huelva), que tenía sus leyes en verso... Estoy al lado de un pinar y frente al mar. No salgo de aquí, pero no te puedo contar con quién estoy viviendo», comienza diciendo. Cabe destacar que la privacidad siempre ha sido una de sus señas de identidad, aunque sí se conoce que tiene dos hijas, Andrea y Lola, ambas de relaciones distintas.

El periodista Jesús Quintero durante un pregón con motivo de las fiestas de San Juan del Puerto en el año 2016
El periodista Jesús Quintero durante un pregón con motivo de las fiestas de San Juan del Puerto en el año 2016KMJ/KMA©GTRESONLINE

Afectado por la pandemia de coronavirus que convive con la sociedad desde hace casi dos años, Quintero se refugia en la tranquilidad y la paz que le da su residencia andaluza. Pese a esta calma aparente y a sus 81 años, ha manifestado que no quiere retirarse del que ha sido su trabajo y su pasión durante más de cinco décadas: «Tengo muchas ganas de volver a la comunicación, y ahora estoy pensando en algo concreto relacionado con el periodismo, porque tengo muy claro que quiero seguir», desliza.

En la actualidad, se encuentra volcado en la «Factoría Jesús Quintero», su propio museo ubicado en el Centro Cultural de San Juan del Puerto, en su Huelva natal: «Quiero tener mi propia radio y también mi propia televisión», confiesa el protagonista a este periódico. Este centro ofrecerá, si todo sigue su curso con normalidad, más de 10.000 horas de televisión y cinco mil entrevistas. Un prometedor proyecto que lo colocaría de nuevo en la primera plana y que tiene como objetivo convertir a este municipio en todo un referente cultural gracias, en su mayoría, al referente que supone Jesús Quintero.

Para concluir, «el loco de la colina» ha querido aclarar que se encuentra «bien de salud» y desmiente una ruina total, aunque sí reconoce que tiene algunas deudas. Cabe recordar que, a pesar de haber amasado una gran fortuna durante toda su trayectoria, los problemas económicos siempre le han seguido de cerca, ya que, en ocasiones, ha vivido por encima de sus posibilidades. Ahora, va solventando sus deudas mes a mes gracias a la venta de algunas propiedades, y siempre contando con el beneplácito de las entidades financieras. Sus deudas comenzaron cuando, en la década de los 90, invirtió más de 400 millones de las antiguas pesetas en diferentes negocios que acabaron en manos de otras personas, desde una sala propia de conciertos que acabó cerrando, hasta su propio teatro, del que fue desahubiciado en 2017 tras pasar un tiempo sin poder pagar el alquiler del local. Estas inversiones fueron uno de los grandes errores de Quintero de los que hoy se arepiente.