Entrevista

Alejandra Martos: “Las canciones de mi padre dan mucho juego en casa”

Por las manos de la hija de Raphael pasan grandes obras de arte y además, ahora, hace sus pinitos como modelo de bolsos

Alejandra Martos
Alejandra MartosLa RazónLa Razón

Hablar de Raphael y Natalia Figueroa es como hacerlo de mi familia. Así que mucho cuidadito. Con lo que, siguiendo el silogismo, Alejandra Martos sería algo así como mi hermana… Lo que pasa es que con estos cuestionarios uno se disocia y termina haciendo preguntas que… sí, se me va la pinza. ¿Qué hago yo diciéndole que si en casa vive un «Postales desde el filo» cuando sé positivamente que es como «La casa de la pradera» pero sin dramas ni lloros? Pero bueno, todo sea por el «showbussines» periodístico. El caso es, que si bien Ale es famosa «per sé», porque evidentemente es hija de dos grandes, ella mantiene una vida más que discreta y alejada del foco. No la pierdan de vista tampoco. Restauradora del Thyssen. Vamos, que por sus manitas pasan tesoros de la Humanidad para evitar que el tiempo las corroa y las disfruten los hijos de nuestros hijos Amén. Pero es que, de repente, la he visto haciendo de modelo para los bolsos joya de De Chávarri –de Cristina y Curra ídem– y no podía evitar preguntarle por este escarceo con la pasarela. Con ustedes, Alejandra Martos.

Con lo discreta que es usted, ¿se ha convertido usted en modelo o es que por la familia una es capaz de hacer cualquier cosa?

Yo soy restauradora de obras de arte y a veces me pongo en una foto. No está reñido con ser discreta. Y no es familia de sangre, pero sí íntimas amigas, y me hace ilusión colaborar con ellas en este proyecto de mujeres para mujeres.

Victoria, así se llama la primera Colección de Curra y Cristina Chávarri. Por la Victoria de Samotracia. A usted, esa referencia le viene ni que pintada, ¿no?

La verdad es que sí. Quiero pensar que también comparto con ella su firmeza y valentía ante la vida.

¿Qué lleva en el bolso?

¡¡En este súper bolso me cabe de todo!! Y que no se me olvide meter mis gafas, que no veo bien si no…

¿Sabe usted por qué para los diseñadores solo existen los maxibolsos donde no se encuentra nada o los minibolsos donde, juntos, no caben el móvil y las llaves?

No tengo ni idea, pero aquí están los De Chávarri, pensados para la perfecta organización de todo y además bien hechos y elegantes.

En los bolsos de De Chávarri el diseño y los detalles joya son obras de arte, ¿se ve usted haciendo una colaboración artística o, descubierta su vocación de modelo, prefiere posar y posar y posar…?

Ninguna vocación de modelo, jajaja, pero la colaboración artística sería chula.

Cuando usted dejó el ballet por la restauración, ¿fue por un cuadro de Monet?

Por unos iconos rusos.

¿Por qué dejó los escenarios por el bisturí y los disolventes?

A ver, los escenarios se me quedaron lejos... ¡Hace falta un nivel altísimo! Pero me apasiona el ballet. La restauración apareció en el momento perfecto y me abrió las puertas de otra rama del mundo del arte que me enamoró. Es un privilegio que tengo la suerte de ejercer.

He leído que la limpieza de unos pocos centímetros cuadrados de un óleo de un gran maestro puede costar semanas. ¿Nunca le han dicho que su profesión es un trabajo de chinos?

Y que cuánta paciencia tengo…

Vamos a bajar a la Tierra. Después de una jornada agotadora, ¿sigue amando el arte o un buen gotelé con un póster con chinchetas le parece la mejor expresión artística «ever»?

Jajaja ¡Tendría que estar muerta para llegar a ese punto! ¡El arte siempre!

¿Habla con los cuadros?

Si le digo que sí, no se lo cuente a nadie.

¿Esa obra maestra a la que le gustaría meterle mano ?

Uy, difícil elegir, pero por soñar… Cualquiera de Leonardo da Vinci. Y a lo segundo, «La Ninfa de la Fuente»,de Lucas Cranach o «Joven caballero en un paisaje», de Vittore Carpaccio.

¿Alguna vez ha soñado con que se le va la pinza y se convierte en la nueva pintora del «Ecce Homo», de Borja?

Pues mire, no.

No sabemos qué habrá pasado con aquella mujercita, pero ¿le impartiría alguna clase?

Pues mire, tampoco.

Padre actor y cantante de leyenda, madre periodista de raza, hermanos dedicados a la música y al cine… ¿Qué hubiera pasado si usted hubiera sido notaria?

Era muy poco probable que sucediera. Pero vamos, pasar no hubiese pasado nada. En mi casa, nos han dejado elegir.

Las relaciones hijos con padres famosos tienen tanta chicha que han sido carne de guion. Lo suyo fue «Sonata de otoño», «Postales desde el filo», «El viaje a ninguna parte»?

Nosotros no somos de ese tipo de guion, afortunadamente. Somos una familia muy normal y nuestra relación es buenísima.

¿Alguna vez advirtió que sus padres le dieran explicaciones con las frases de canciones o artículos que usted ya había leído previamente o fue algo que descubrió después…?

Las frases de las canciones de mi padre han dado y dan mucho juego en casa.

En la colección Thyssen hay de todo, ¿su pieza favorita?

¿Una sola? Venga, por ejemplo, dos: «Díptico de la Anunciación» de Van Eyck y «Camino de Versalles» de Pissarro. La verdad es que ninguno me aburre.

Dicen que si uno quiere dedicarse al porno, hay que empezar por el nombre artístico y que el mejor es el que se consigue uniendo el nombre de su mascota con el de su calle, ¿cuál sería el suyo?

¡Vaya por Dios! ¡Qué pregunta! ¡No tengo mascota!