Muy enfadado
Antonio Montero estalla tras ser víctima de un inquiokupa y carga contra Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
Marisa Martín Blázquez y él se sienten desamparados por la ley, mientras el okupa conduce un Audi. Mañana les enviará gente para “darles la vida mártir”
El problema de la okupación en España sigue generando titulares. Ante la inacción de la política y la lentitud de la justicia para poner remedio a este mal social, son muchos los propietarios que se sienten desamparados. Es el caso de dos rostros habituales de Telecinco: Marisa Martín Blázquez y Antonio Montero, que viven un auténtico calvario. No logran echar de su vivienda a un inquilino que se niega a pagar el alquiler y denuncian públicamente el vacío legal que les deja sin margen de maniobra.
En la mañana de este jueves, desde ‘El programa de Ana Rosa’ han acudido al domicilio de la periodista y el paparazzi. Se trata de una exclusiva vivienda en una zona privilegiada de Torrelodones, en Madrid. Eso sí, conducen coches de alta gama, desean vivir en zonas de lujo y no se privan de caprichos y vicios. Horas más tarde, ya desde el plató de ‘El tiempo justo’, los protagonistas se han sincerado con Joaquín Prat sobre su delicada situación inmobiliaria.
Marisa Martín Blázquez y Antonio Montero, desesperados
La televisiva pareja lleva dos años intentando sacar a los inquilinos morosos de su domicilio. No han tenido suerte y se han gastado ya miles de euros en abogados, más los 21.000 euros que ha dejado de deuda en concepto de alquiler impagado. Sin contar con los intereses. Dos años sin cobrar, pero también sin respuesta por parte de la justicia. “Presenté una primera demanda de desahucio que no se admitió porque dicen que no se acredita qué tipo de vivienda es. Recurrimos y nos dicen que se han equivocado, pero que tenemos que volver a presentar la demanda. Lo hacemos y recae en el Juzgado número 5 de Collado Villalba, pero a día de hoy todavía no me ha contestado el juzgado”, se quejaba ella.
“Yo sigo pagando los impuestos del domicilio, la comunidad de propietarios y todo. No solo no percibo el alquiler, además me está costando dinero este alquiler y me encuentro en un limbo legal, porque todavía no me ha admitido a trámite esta demanda de desahucio”, añade. Su marido, Antonio Montero, toma el turno de palabra: “La culpa no es del inquiokupa, la culpa es del Gobierno, la culpa es de las leyes. La culpa es de la vergüenza de que la propiedad privada no sea algo sagrado. Porque para tú tener una propiedad privada tienes que haber pagado impuestos, tienes que haber ido a un notario…”.
El paparazzi pone de relieve el esfuerzo que le ha costado a él y a su mujer poder pagar esa vivienda, de la que ahora no pueden hacer uso. Destaca los muchos fines de semana trabajados por Marisa para poder permitirse este piso, así como los 37 años y medio que él tiene cotizados en la Seguridad Social. Pero parece que esto no importa. Antonio Montero desvela que esta misma tarde el inquiokupa le ha abierto la puerta de la casa invitándole a entrar a hablar sin cámaras, pero que lo hace con un cigarro en la boca: “Yo no tengo nada que hablar con este señor. Lo que tiene que hacer es que venga la policía y le pida el recibo del último mes y si no lo ha pagado, que se vaya a su casa, se vaya al ayuntamiento, a casa de Pedro Sánchez o a la de Pablo Iglesias, que tiene el chalé aquí muy cerca y tiene siete habitaciones”. También se queja del uso de los impuestos para pagar supuestamente los desmanes de Ábalos, Koldo, Cerdán y compañía.
Antonio Montero está muy nervioso: “Lo que no se puede hacer es que se aproveche de las personas que estamos trabajando y que vengan jetas que se queden ahí viviendo tres años. Esto es indecente, es asqueroso y hay que resolverlo de una puñetera vez”. Dice verse desesperado y no quiere tomarse la justicia por su mano, pues él acabaría en la cárcel, pero anuncia que mañana mismo enviará a una empresa de desokupa: “Se llaman mediadores, que vienen con muy buen rollo, con la ley en la mano y le van a dar la vida mártir y le van a acompañar hasta el Mercadona”. Y es que, para su sorpresa, el inquiokupa conduce un Audi de alta gama, cuando se niega a pagar los 1.100 euros del alquiler, que tras dos años de impago suman ya los 21.000 que le reclaman judicialmente. Sin éxito.