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Opinión

El diario de Amilibia: El diario Apolo, saca los santos

"Los españoles ya estamos acostumbrados a que el Apolo de la Moncloa nos mee; se agradece su buena intención, pero a los calvos no nos está creciendo el pelo"

Pedro Sánchez Brais LorenzoEFE

Leo: «Solo el clima permite el control de los grandes incendios. El Gobierno ve inextinguibles los focos más virulentos y confía en la lluvia y en la caída de las temperaturas». A ver si nos enteramos de una vez: basta de mangueras, aviones cisterna y excavadoras para hacer cortafuegos, solo la lluvia puede detener incendios como, por ejemplo, el de Jandilla. Así que empecemos con las rogativas. Saquemos los santos en procesión una vez más. Ya lo hacían los romanos cuando el pirómano Nerón. Y cuando llovía torrencialmente, los griegos antiguos decían «Zeus ourei», o sea, Zeus está meando. Los españoles ya estamos acostumbrados a que el Apolo de la Moncloa nos mee; se agradece su buena intención, pero a los calvos no nos está creciendo el pelo. Las redes lo señalan como un gafe meón que va repartiendo a chorritos toda clase de calamidades: la pandemia del covid, la borrasca Filomena, el volcán de La Palma, la Dana valenciana, el apagón del 28 de abril, el caos ferroviario y ahora, la mayor oleada de incendios desde décadas.

Alfonso Fernández Mañueco dialoga con Pedro Sánchez en Villablino, una de las zonas más afectadas por el incendioIcal

Han ardido 375.000 hectáreas, el equivalente a toda Mallorca. Y lo que queda. Ya advertirá Óscar López, fiel cumplidor de las instrucciones monclovitas, que ni hablar de sacar a San Isidro el Labrador, que es muy de Ayuso y MAR, el dúo facineroso. Habrá que sacar a otros, a Santa Clara de Asís o al Cristo Negro de Peralada, por ejemplo. Creo que no voy a poder contener la emoción cuando vea de costalero al mismísimo Apolo, con su cara de sufridor en casa o de empleado de funeraria que va dando el pésame por las tragedias que visita. Y quizá las rogativas también sirvan para reducir su maleficio sobre este sufrido pueblo. Dicen que San Cipriano exorciza a cenizos. Alberto Núñez Feijóo pone el agua bendita y las limosnas necesarias.