El diario de Amilibia: Que el delegado Martín siga, porfa

Después del 28-M, un podemita crítico señaló la clave del fracaso morado: “Donde Irene Montero e Ione Belarra fueron a hacer campaña a saco, Podemos se quedó fuera de las instituciones”. Quiso decir, creo, que donde ambas gritaron con más furia contra el facherío, allí ganó votos el PP. Feijóo debería haberles enviado flores o una caja de percebes con su botella de albariño. Ahora, después del delirante elogio a Bildu del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, diciendo que “ha hecho más por los españoles que lo que han hecho todos los patrioteros de pulsera juntos”, el PP exige su cese inmediato. Craso error. Lo ideal sería que tanto el delegado Martín como Irene Montero siguieran muy activos en lo que queda de campaña. El PP debería rezar por su continuidad: allá donde abran la boca, éxito garantizado, que diría Lola Delgado.

Si yo fuera Elías Bendodo disfrutaría imaginando todo lo que aún puede largar el delegado Martín para regalar votos al PP. Por ejemplo, proponiendo que las Fuerzas de Seguridad del Estado hagan pasillo de honor, presentando armas, en los “ongi etorri” a los etarras excarcelados, y a Arnaldo Otegi como candidato al Princesa de Asturias de la Concordia. Por cierto, el líder de Bildu ha apoyado al delegado Martín, añadiendo que si el PP y Vox llegaran a gobernar el Estado “van a producir independentistas en Euskadi y Cataluña a escala industrial”.

Si el profeta Otegi acierta y en verdad crecen tanto los independentistas por culpa de un gobierno de Feijóo, creo que estaría elegantemente obligado a enviarle a la Moncloa, como agradecimiento, al menos unas kokotxas al pilpil con su botella de chacolí. Y al delegado Martín, una pulsera con el hacha y la serpiente. O así.