
Moda
Elsa Peretti, la diseñadora fetiche de Tiffany’s que ha cautivado a Leonor y Sofía
La Familia Real visita la Fundación de la filántropa italiana que vivió en un pueblo de Cataluña

La Princesa y la Infanta acuden hoy 24 de julio a Gerona para conocer la labor de la Fundación Nando y Elsa Peretti, impulsada por la última, una diseñadora de joyas con una vida apasionante que luchó cuanto pudo por la de los demás.
Una leyenda
Antes de sus vacaciones y junto a sus padres, Leonor y Sofía visitarán hoy jueves la Fundación Nando y Elsa Peretti, que nació en el año 2000 con el «sentido del deber cívico de Elsa Peretti, su deseo de reto por devolver a la sociedad y abordar las crecientes desigualdades sociales y económicas y la degradación planetaria. Durante sus 21 años con Elsa, la Fundación trabajó en diversas áreas de financiación, desde la Conservación de la Biodiversidad hasta la Educación, desde los Derechos Humanos hasta la Salud, desde la Investigación Médica hasta las Artes y la Cultura, para perseguir una amplia misión legal», según reza su página web. Una misión con mucho trasfondo a manos de una mujer con una historia increíble detrás y que ahora, cuatro años después de fallecer, hubiera estado muy orgullosa de que la Infanta Sofía y la Princesa Leonor la visitaran dando así una enorme visibilidad a su causa.
Pero ¿Quién fue Elsa Peretti? La italiana fue una mujer que hizo de todo, se la considera diseñadora y modelo, pero en sus inicios fue profesora de francés e incluso instructora de esquí, y en sus últimos años activista convencida. Nació en Florencia, aunque más tarde se enamoró de Gerona. Su familia siempre estuvo bien posicionada. Su padre, Fernando Peretti, estaba al frente de una de las grandes compañías petroleras de Italia, y ella, además de formarse, pudo decidir cómo, cuándo y dónde hacerlo sin atender a nada más que a su propia satisfacción. A los 21 años se marchó de casa y fue entonces cuando trabajó como profesora e instructora en un pueblo de Suiza. Después, en Roma, se tituló como diseñadora de interiores y puso sus conocimientos en práctica en Milán junto al arquitecto Dado Tirrigiani.
Tras unos años recaló en Barcelona y allí comenzó su carrera como modelo y lo hizo por todo lo alto, posando para artistas como Oriol Maspons, Leopoldo Tomés o el mismísimo Salvador Dalí. Y este último fue precisamente quién le inculcó su amor por Gerona, un lugar que desde entonces fue muy especial para ella. Allí, se involucró mucho con el movimiento denominado «Gauche Divine», que no es más que la agrupación liberal de intelectuales y artistas que se hicieron célebres en la época en que Barcelona y la Costa Brava bullían.

Pero no fue hasta que pasó una breve temporada en Nueva York trabajando como modelo de pasarela cuando sintió su pasión por el diseño de joyas, que fue lo que marcó el resto de su vida. En 1968 llegó a la Gran Manzana, y en 1969 presentó su primera colección de la mano del diseñador de moda italiano. En el mismo año recaló en San Martí de Vell (Gerona), el pueblo al que ahora acudirán las hijas de los Reyes para visitar su Fundación. Poco después de conocer la localidad, ya entrando los años setenta, Elsa Peretti se compró una casa para quedarse en el pueblo, y fue la primera de muchas, pues con los años fue adquiriendo otras propiedades, e incluso restauró la iglesia. Y se convirtió en su base, nunca dejó de viajar, pero siempre volvía a Gerona. En 1971 recibió su primer premio por las joyas que diseñó, piezas que aparecieron por primera vez en la revista «Vogue». Tres años después comenzó su idilio con Tiffany & Co., y ese fue realmente el principio de su éxito que todavía continúa. En 2021 Elsa falleció y en 2024 se cumplían 50 años con la archiconocida firma de joyas que sigue teniendo a la venta muchos de sus diseños. Durante todo este tiempo Elsa recibió cientos de premios y condecoraciones.
Cataluña, su paraíso
Pero sin duda, uno de los privilegios más grandes para ella es el de haber podido vivir la vida que quiso tener y el de haber pasado los últimos años en el pueblo catalán Sant Martí Vell, que fue su lugar elegido en el mundo, y en el que falleció en marzo de 2021 a los ochenta años. Lo hizo tranquila y cuando su fundación ya llevaba 21 años trabajando por algo que ella consideraba imprescindible; cambiar el mundo y convertirlo en un lugar más justo, y lo hizo apoyando proyectos que velaban por los derechos humanos y civiles. De hecho, en realidad esto fue lo que más le preocupó, y así de tajante y clara fue en una entrevista con la revista «Vogue» en su época más madura: «Para mí, ser un buen diseñador es lo más sencillo del mundo. Pero ser un buen ser humano, eso va a ser difícil. Aunque me gustaría intentarlo».
Sus esfuerzos no fueron en balde, la fundación sigue funcionando y su legado aún perdura. Se puede conocer más de Elsa a través de su ático en Roma, una vivienda que su sobrina Brendetta Brachetti Peretti compró para mantenerlo como un homenaje a Elsa, de la que ha heredado el arte, pues ahora ella también diseña joyas. Quién sabe si llegará tan alto como su tía, de la que se llegó a escribir que era «la mayor revolucionaria de la joyería desde el Renacimiento». Y que ha logrado, aún después de fallecer, obtener la atención de la Familia Real que hoy se adentrarán en los detalles de una parte de su historia. Y con ellos, poner el foco nacional e internacional en su legado y en las causas de su Fundación. Una vida fascinante y una obra envidiable.
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