Pisando fuerte

Gerontogossip Girl: la ‘slow’ revolución de las celebs añosas

Necesitamos ya un Imserso de alto copete

Isabel Preysler posa a su llegada al Teatro Rea
Isabel Preysler posa a su llegada al Teatro ReaEuropa Press

¿Pero qué es lo que les pasa últimamente a los septuagenarios. No sé si es que le echan algo al Sintrom o qué es lo que ocurre, pero andan un poco despendolados. Y yo quiero saber a qué se debe. No me refiero, claro, a nuestros yayos, a los de infantería. Esos andan a sus cosas de la tensión y el colesterol, la pensión y los nietos, la comida del domingo en familia. Me refiero a los celebrities añosos que se encuentran en esa horquilla entre los sesenta y tantos y los setenta y pocos (año arriba, año abajo). Es como si les hubiera mordido un adolescente y estuviesen todos con las hormonas del recién salido del instituto pero sin padres y con tarjeta de crédito.

Han convertido las páginas del corazón casi en un «gerontogossip girl». Y claro, ahí tienes de pronto a Isabel Preysler (72), tras dejar a MarioVargas Llosa (ya sea por un historión de celos o porque a uno le interesa la cultura y a la otra el espectáculo, que en esto siempre hay dos versiones), de cena romántica y actitud cómplice con Alfonso Díez (72), el viudo de Doña Cayetana, duquesa de Alba. Porque una cosa es vivir una tercera (o cuarta o quinta) adolescencia, pensará la Preysler, y otra es perder el tiempo.

Alfonso Díez
Alfonso DíezduenasGTRES

Que ya no estamos para esas. Ana García Obregón, a sus 68 años, también anda dando que hablar por lo de la gestación subrogada y su hija una semana, nieta la siguiente y a saber lo que nos deparará la próxima. Que ha abierto más debates morales ella sola en estos días que toda la asignatura de valores cívicos y éticos de los colegios de España entera en todo el curso. Y mientras tanto Bertín Osborne (68) se nos pone vigoréxico, ahora que está de nuevo soltero. Para eso sí que tiene tiempo, pero para aprenderse los guiones no, que se ha chivado Natalia.

Gerontoadolescencentes

Por otro lado, a la gresca y tirándose de los pelos, Carmen Lomana (74) y Ágatha Ruiz de la Prada (62). Que si a la una le costaba pagar los trajes, que si la otra es una pija que solo quiere portadas, que si está celosa, que si tú más, que pares, que pares tú primero. En todos los grupos hay dos que no se soportan, esto es así, y este baile no iba a ser menos. Pero para baile, el de la Rosa en el Principado de Mónaco, al que se nos ha ido la tonadillera Isabel Pantoja, a sus 66, con una pareja de millonarios y vestida de, por supuesto, rosa con dos floripondios enormes. Y sin su hijo Paquirrín. Hasta Carlos Herrera (65) se casaba en secreto con Pepa Gea en la ciudad Nueva York, porque casarse en la iglesia de la esquina no es nada glamuroso. Yo, lo mismo que Georgina Rodríguez pedía un wallapop para ricos, creo que también urge un Imserso de alto copete. Eso y una sección fija en las revistas del corazón para nuestros gerontoadolescentes. Al menos mientras averiguamos qué es lo que les tiene tan revolucionados.