Entrevista
Guiomar Alfaro: «Quiero ser la próxima ‘''Spanish Balmain lady’’»
Modelo de los 18 a los 27 años, vuelve ahora a los 54 pisando fuerte y con la cara lavada, reivindicando a la mujer real
Natural de Navarra, concretamente de Corella, aunque vivió hasta los 18 años en Tudela. Hablar de Guiomar Alfaro, modelo, es hablar de superación, ilusión y perseverancia. A sus 54 años, y triunfando en su vuelta a las pasarelas, ha demostrado que la edad no es impedimento para cumplir los sueños. «Nos vamos todos al hoyo, si tenemos el privilegio de llegar a mayores, disfrutémoslo haciendo lo que nos gusta», afirma con una energía desbordante. Profesora de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas de Alcorcón desde 1991, cuando se sacó la oposición, Alfaro ha sabido compaginar sus dos pasiones, la moda y los idiomas.
Habla inglés, francés y español. ¿Los idiomas ayudan?
Los idiomas abren puertas. Yo tengo la suerte de tener unos padres que fueron unos visionarios en su tiempo y que desde pequeñas dieron importancia a aprender idiomas. Mi hermana Judith y yo pasábamos los veranos en Inglaterra y mi madre nos hablaba siempre en francés. El trilingüismo es uno de los valores que yo he transmitido a mis dos hijos.
¿Cómo empezó en el mundo de la moda?
Yo no tenía especial interés, pero cuando mi hermana y yo nos vinimos a Madrid a estudiar Filología inglesa ella empezó a hacer algunos castings y yo la acompañaba. En Tudela habíamos hecho alguna cosita, porque a Judith le chiflaba la moda, pero en Madrid fue donde realmente triunfamos: gemelas, rubias, espabiladas y con idiomas. Imagínate.
Sin embargo, abandona este mundo, forma una familia y hace dos años decide volver a subirse a una pasarela.
Sí, decido volver siendo como a mí me gusta. Natural, sin una gota de maquillaje y haciendo lo que yo quiero, alejada de la rigidez que imponen algunas agencias de modelos. He tenido la suerte de contactar con dos agencias boutique que me dejan ser yo misma y que han creído en mí. Fue gracias a mi hijo Rubén que encontró cómo ilusionarme de nuevo. Una cazatalentos de una agencia de modelos lo descubrió en una discoteca, hace tres años. Él aceptó porque siempre se ha interesado por la moda y un día me dijo «mamá se han fijado en mí, pero eres tú la que tiene que volver a las pasarelas». Y aquí estoy, disfrutándolo de manera muy diferente a cuando desfilaba con 20 años.
¿Cuáles son sus próximos retos?
No soy una mujer ambiciosa, a nivel personal, con un rayo de sol soy feliz. Pero en el mundo de la moda quiero ser la próxima «Spanish Balmain lady». Sería el petardazo de los petardazos. El director creativo de la firma, Olivier Rousteing, ha demostrado en su último desfile en París que la moda no tiene edad, que la edad es solo un número y que la moda es para todos. Fue un desfile mundialmente aclamado al mostrar a cinco mujeronas de sesenta para arriba con muchísima clase y elegancia Además, estoy esperando la confirmación para mi participación en el próximo desfile de Desigual, el 6 de junio en Barcelona.
Se la ve exultante...
Estoy viviendo los tres meses más felices de mi vida, porque siento que me he desprendido de todos los caparazones que me impedían ser yo misma y creo que es la clave de todo lo que me está pasando.
¿Se siente una mujer empoderada?
Creo que si todas las mujeres pisáramos fuerte y nos mostráramos tal cual somos, se nos tomaría más en serio. Hay que hacer en la vida lo que te hace feliz y lo que te creas. Creo en el empoderamiento de la mujer con educación y con una sonrisa.
¿Cómo ve el intrusismo en la moda?
Considero que no todo el mundo puede ser modelo. El intrusismo está fenomenal pero hay que entenderlo en la pasarela. Se ha de exigir un mínimo de dotes de modelaje.
¿Cuál es su secreto de belleza?
Además de una buena hidratación de la piel, para mí es fundamental dormir bien y comer saludable, sobre todo desayunar fuerte. Durante el día me muevo mucho, me canso, nunca he ido a un gimnasio, pero ahora voy a uno al aire libre y me hago una rutina. Pero la moda me ayuda también a sentirme viva. Todas podemos encontrar la nuestra a estas edades, ya sea pintando un lienzo, leyendo o con manualidades, lo importante es ser tú.
¿Qué le transmite a sus hijos y a sus alumnos?
Que sean positivos y que hagan siempre lo que quieran hacer, siendo educados y agradecidos. Si todos pusiéramos ese granito de arena de ayudar a la gente, el mundo cambiaría. A mis alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas les recomiendo además el «copywork», que consiste en copiar textos en otro idioma, y la comunicación constante, corrigiéndoles sus errores a medida que van hablando. Debatimos sobre meditación, sobre el agradecimiento... cualquier tema. Es la mejor metodología.
Sus hijos Ben y Alexandra están felices de su vuelta a la moda, ¿y sus padres qué opinan?
Mi madre, de 87, tiene enfermedad de Parkinson, y mi padre, oficial de notaría, de 85, también está decayendo, lo que me produce mucha tristeza. Ellos están felices del reconocimiento que estoy
teniendo. Quiero aprovechar el máximo tiempo con ellos. Me inculcaron todos mis valores y es un lujo.
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