
No es un hogar
Isabel Pantoja pone pegas a su mansión de Madrid: ¿por qué quiere vivir más aquí?
La tonadillera no ve esta casa de mil metros cuadrados como un hogar. La detesta, aunque esté rodeada de lujo y se asegure su intimidad

Isabel Pantoja no está, ni mucho menos, en su mejor momento. En lo profesional ha encontrado muchas piedras en su camino, que se han traducido incluso en ingentes reclamaciones de dinero vía judicial. En lo personal todo se complica, pues continúa alejada de sus hijos, pero vive estos días muy preocupada por Anabel Pantoja y David Rodríguez, después de que su hija estuviese ingresada durante 18 días en el hospital. Ha sido un auténtico calvario, que se ha visto agravado por el proceso judicial que se ha iniciado para determinar el origen de las lesiones que presentaba la niña y que, al parecer, la justicia no encuentra explicación mediante la versión de sus padres. Todo se dificulta y ahí está la tonadillera, al pie del cañón para su sobrina, instalada en Gran Canaria en un hotel junto a su hermano Agustín, a la espera de novedades. Pero parece que no tiene muchas ganas de regresar a casa, ahora emplazada ésta en Madrid, pues se asegura que no se siente nada cómoda en su nueva residencia.

Aunque está rodeada de lujos y no le falta ni una comodidad, lo cierto es que Isabel Pantoja no llega a sentir que la capital sea su hogar. Así lo aseguran desde ‘Informalia’, destacando que su mansión de La Finca de mil metros cuadrados, rodeada de una amplia zona ajardinada, ya no cumple con los requisitos para que se sienta plena y feliz. Las características de la vivienda son excepcionales, pero esto no quiere decir que lo sienta como un hogar y eso que lleva instalada aquí desde el pasado mes de septiembre. Esta exclusiva urbanización asegura sus pretensiones de privacidad, quedándose lejos del objetivo de los paparazzi. La prensa no puede esperarla a las puertas de su casa en busca de una declaración sobre alguno de los muchos frentes que mantiene abiertos. En este punto es ideal la casa, pero no es suficiente.
Sentirse vecina de futbolistas de primera división, artistas de renombre y grandes fortunas anónimas no le aportan demasiado en su fuero interno. “Isabel Pantoja no está cómoda en la casa”, mantienen desde el citado medio, que aseguran que su principal queja es que no la siente “como un hogar”. Quizá sea tarde para echar la vista atrás y replantearse la venta de Cantora, la cual se encuentra en avanzadas negociaciones. Pero en esta finca de campo sí que se sentía realmente cómoda. Según comentan, porque no le atraen las líneas modernas de la edificación, lo cual considera impersonal y muy alejado del estilo andaluz que siempre ha coronado sus propiedades. Echaría de menos el contacto con la madera y los suelos de gres.

Ni siquiera el hecho de estar rodeada de sus pertenecías le habría ayudado en su mudanza a Madrid. En La Finca no se siente cómoda como para llamarlo hogar, aunque en las estancias de su gran mansión se encuentre muchos de los muebles que otrora descansaban en Cantora. Puede admirar los mismos cuadros e incluso dormir en la misma cama y el mismo colchón que antes, pero esto en sí no hace que una casa sea considerada un hogar. Siete habitaciones, once cuartos de baño, gimnasio privado, piscina y spa. No le falta de nada. Tan solo terminar de hacer la mudanza psicológica, esa en la que pueda al fin descansar tranquila al entrar por su puerta y sentirse en zona segura. Quizá el tiempo sea su mejor aliado.
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