
Entrevista
Javier Gutiérrez: "A veces he descuidado a mi familia por trabajar tanto fuera de casa"
Ha sido laureado en Ibicine, donde habla con LA RAZÓN sobre su carrera y los problemas para conciliar cuando las giras son frecuentes y los rodajes están lejos

Con la humildad de quien no tiene dos Premios Goya o una Concha de Plata, entre otros muchos galardones, Javier Gutiérrez reconoce a LA RAZÓN que le abruman los halagos con los que le dan la bienvenida en el hotel Nobu Ibiza Bay: “Me da mucho pudor y trabajo el perfil bajo. Las adulaciones me las tomo como un halago, por supuesto, pero también con pudor y sabiendo que son parte del trabajo, sobre todo cuando haces proyectos con mucha visibilidad y reconocimiento”.
El actor se encuentra en la isla pitiusa con motivo de la VIII edición del Festival de Cine Ibiza, Ibicine, que en su gala de los Premios Astarté reconoció a Gutiérrez con el Astarté de Honor Nacional por su prolífica carrera en cine, televisión y teatro.
-Málaga, San Sebastián, Sitges, Ibiza… ¿Hay una burbuja de festivales a punto de estallar?
Cuantos más festivales haya, mejor. Creo que es un espacio maravilloso para que el público que no puede disfrutar en salas de películas o de cortometrajes pueda hacerlo en este tipo de festivales. Sobre todo para ver películas que no tienen las oportunidades o la visibilidad de otras que salen a cartelera y el público conoce mejor.
-¿Está el cine español en peligro por las plataformas digitales?
Siempre se ha dicho, como con el teatro, que el cine está en crisis. Es como un mal endémico. Es cierto que la irrupción de las plataformas en plena pandemia ha fagocitado de alguna forma que el público consumiera mucho más cine o en casa, pero creo que pueden cohabitar las dos cosas. La gente seguirá viendo plataformas, pero también yendo al cine. El público empieza a volver a la salas.

-Acaba de estrenar “La vida breve”, casi al mismo tiempo que la serie de Anna Castillo “Su Majestad”. Ambas satirizan a la monarquía Borbón, justo en este momento…
El hecho de que coincidiesen en el tiempo no es nada estudiado. Muchas veces los proyectos se estrenan pasado cierto tiempo. En cualquier caso, me parece bueno que de alguna forma se dé vía libre a hablar de la monarquía en este país. Si lo hacen los ingleses con “The Crown”, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros con nuestra familia real? En el caso de “La vida breve”, hablamos de Felipe V, el primer Borbón en España, y su hijo Luis I, que hizo el reinado más corto en la historia de nuestro país. Es una historia muy interesante que poca gente conoce y los directores de la serie creían que merecía ser contada en clave de comedia.
-Lleva más de 20 años trabajando como actor, ¿le da miedo que el teléfono deje de sonar?
Me considero una hormiga de esto y, honestamente, nunca sé muy bien por qué suena el teléfono. Si mañana deja de sonar, pues lo entendería. Somos muchos compañeros con un gran talento, y hay gente nueva que irrumpe con fuerza y pasión.
-De momento, ¿es de los pocos afortunados que puede elegir en qué quiere trabajar?
Si no quiero hacer un proyecto, ahora mismo puedo permitirme no hacerlo. Otra cosa es que en un momento dado me gustaría hacer otros proyectos pero tengo que hacer lo que ya está encima de la mesa, porque tengo una familia, hay que llenar la nevera y quiero vivir de esto. Pero sí, me siento muy privilegiado de poder elegir qué quiero hacer en cada momento de entre los proyectos que me llegan.
-Elige muy bien, porque si ya es difícil participar en un proyecto que marque generaciones, usted lo hizo con dos: “Los Serrano” y “Águila roja”.
Así es, y ahora vuelvo a apostar por la tele en abierto con “La agencia”, que terminé las grabaciones la semana pasada. Es una serie de Daniel Écija con varias versiones en todo el mundo, o sea que parece que funciona y he vuelto a apostar por la tele en abierto, cosa que ahora no se hace, que algunos lo ven como pegarse un tiro en el pie.
-Es cierto que hay muchos actores que parecen renegar de la tele, pero usted, con dos Premios Goya, sigue confiando en la pequeña pantalla.
Bueno, es muy lícito que cada uno dirija su trabajo hacia el cine, el teatro o lo que quiera. En mi caso, me gusta mucho el mundo de la tele y disfruto haciéndola, igual que con el cine, pero ahora tengo muchas propuestas de televisión y es en lo que estoy. Lo que tengo claro que no voy a aparcar es el teatro, así que cuando no estoy en un medio, estoy en otro.
-Para muchos actores, el teatro es como su niño bonito.
Para mí es mi gasolina. El teatro es el lugar natural del actor, el escenario, donde es soberano de su trabajo. El telón se levanta y hay una comunicación directa con el público, y cuando las cosas van bien, hay pocas cosas iguales. Ese “feedback” con el espectador es único. Además, el cine y la televisión se pueden olvidar de ti, pero en teatro, si dejas buen sabor de boca, cuidas los trabajos y al público, van a demandar que sigas en los escenarios.

-Con tantos proyectos profesionales, ¿le queda pendiente alguno personal?
Me gustaría tener más tiempo para la gente a la que quiero, pero en este oficio es difícil. Muchas veces no puedes elegir cuándo se hacen las cosas, así que o renuncias a ellas o sacrificas tiempo para estar con los tuyos. Alguna vez sí he renunciado para estar con mi gente, pero otras no he podido. Si pudiera elegir algo, elegiría tiempo para estar con ellos.
-¿Es complicado conciliar siendo actor?
Sobre todo ahora que muchos proyectos ya se hacen fuera de Madrid o Barcelona. Los incentivos fiscales de Canarias, Navarra o Andalucía han trasladado allí las producciones, y muchas veces los actores nos vamos tres meses a rodar fuera. En el teatro, con las giras, también es mucho tiempo fuera de casa. Temporadas muy largas en las que, de una forma y otra, se acaba descuidando lo que más quieres, que en mi caso es mi familia.
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