Por una bacteria
La lección aprendida por Ángel Llácer tras “ver a la muerte” de cerca
Al igual que le sucede al marido de Lydia Lozano, una bacteria puso en jaque su vida. Ahora él, aún con secuelas, describe cómo afronta su vida
El año pasado, el 2024, Ángel Llácer lo recuerda como uno de los peores de su vida. También porque casi fue el último. Su vida corrió un grave peligro y a punto estuvo de perderla cuando una peligrosa bacteria le declaró la guerra a su organismo. Algo en lo que se encuentra lidiando ahora Charly, el marido de Lydia Lozano, y que tan preocupada tiene a la periodista, que no consigue controlar las lágrimas al ser preguntada al respecto. Un ejemplo positivo lo tiene en su compañero en la otra cadena, en Antena 3, al ver cómo la estrella de ‘Tu cara me suena’ puede hablar en pasado al tratar lo que sufrió con la infección que contrajo en Vietnam.
Llácer tuvo que permanecer incluso varios días ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Se temió por su vida y la preocupación en su círculo más próximo fue mayúscula. Aun lidia con las secuelas que le dejó la enfermedad, pero ya tiene fuerzas suficientes como para hablar de las dificultades que ha afrontado y rescatar un balance “súper positivo”. Así lo ha subrayado durante su paso por un acto organizado por Atresmedia en Las Palmas de Gran Canaria, donde ha rememorado cómo “llevo un año y medio complicado porque he estado muy enfermo”.
Ángel Llácer asegura que llegó a ver la muerte
“Llegué a ver la muerte”, dice Ángel, uno de los rostros más populares del entretenimiento de Antena 3. La bacteria puso en jaque su vida y de forma irremediable ha trastocado los esquemas que se había construido sobre qué es lo que merece la pena vivir. Por eso ahora saborea los momentos con otro ritmo, más despacio, pero, sobre todo “más presente, más relajado, más dispuesto a hablar con la gente y mucho más cariñoso”. Lecciones que ha aprendido de su enfermedad y que le hacen ser consciente de lo que realmente importa.
“Me siento más aquí y ahora, más relajado, más de hablar. No me estreso por las cosas que vendrán”, subraya. Y es que Ángel Llácer ha aprendido que la vida no se bebe en un gran sorbo, sino paso a paso saboreando cada hito. Algo que comprendió cuando “tuve que aprender a andar y mi único objetivo era poner un pie delante del otro”. Algo que se ha convertido ahora en su filosofía de vida: “Al final esto es un poco la metáfora de mi vida, que voy mucho más tranquilo y las cosas ya no me aturullan”.
Y es que Ángel Llácer recurra siempre del humor para afrontar las cosas difíciles, ahora es capaz también de reconocer el miedo que pasó: “Vi a la muerte, le dije hola y adiós y la dejé. Fue traumático llegar a estar al borde de la muerte y también lo fue el proceso posterior”. Pero ahora que ha pasado un año y medio y tiene las secuelas controladas, subraya que lo aprendido es muy valioso: “Solo he sacado cosas positivas. Nunca me instalé en la queja. Siempre pensé vamos hacia adelante. Y eso me ha demostrado que soy mucho más fuerte de lo que creía”, reconoce ahora que afronta una nueva etapa más presente, disfrutando de los pequeños placeres de la vida, sin agobios y dando valor a lo que realmente lo tiene.