Raúl González Blanco inicia un nuevo capítulo personal y profesional. Después de más de tres décadas vinculado al Real Madrid, primero como leyenda del césped y luego como entrenador del Castilla, el "7" blanco se despide de Valdebebas. Una decisión que, según su entorno, ha sido profundamente meditada, y en la que el factor familiar ha tenido un peso clave.

Discreto y hermético en lo personal, Raúl lleva más de 25 años junto a Mamen Sanz. La modelo es su única pareja conocida. Se conocieron en 1997 y sellaron su relación el 1 de julio de 1999 con una boda multitudinaria en Villafranca del Castillo. El enlace, al que asistieron figuras como Fernando Hierro, Cañizares y Paloma Cuevas, marcó el inicio de una vida familiar sólida y alejada de los focos, incluso en los momentos de máxima exposición mediática del ex futbolista.

Familia numerosa

Juntos han formado una familia de cinco hijos. El mayor, Jorge, de 25 años, debe su nombre a la amistad de su padre con Jorge Valdano. Le sigue Hugo, de 23, que se ha labrado un futuro como caddie del golfista Eugenio López-Chacarra. En 2005 nacieron los mellizos Mateo y Héctor; uno mantiene un perfil totalmente bajo, mientras el otro compagina sus estudios de Veterinaria con su carrera como futbolista en el filial del CD Lugo. La menor, María, de 16 años, también ha heredado la pasión por el deporte: juega como delantera en las categorías juveniles del Real Madrid.

Con una vida muy centrada en su núcleo familiar, el futuro profesional de Raúl sigue siendo una incógnita. Aunque la relación con Florentino Pérez no atraviesa su mejor momento, su deseo es continuar entrenando. En el entorno del fútbol español suena como opción para el CD Leganés -actualmente sin técnico- o el Getafe CF, que podría ver partir a José Bordalás. Sin embargo, también se baraja un regreso internacional: el Schalke 04, club donde Raúl dejó huella como jugador, estaría interesado en recuperarlo como entrenador, según apuntó el diario AS.

Aunque no hay una decisión tomada, todo parece indicar que Raúl priorizará la estabilidad de su familia por encima de grandes proyectos. Donde vaya, lo hará acompañado por Mamen y sus hijos, en una dinámica que ha definido su vida desde siempre: perfil bajo, entorno sólido y decisiones meditadas. La leyenda blanca se aleja del banquillo del Castilla, pero su trayectoria como técnico -al igual que su historia con el Real Madrid- parece lejos de estar acabada.