Tristeza

Ron Dean, el eterno secundario de Chicago, muere a los 87 años

El actor, rostro inconfundible del cine de acción y el drama de los ochenta y noventa, trabajó junto a nombres como Tom Cruise, Tommy Lee Jones o Christopher Nolan

Ron Dean
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Ron Dean nunca necesitó ser protagonista para dejar huella. Con su presencia sobria y esa mirada que decía más de lo que el guion permitía, fue durante décadas uno de esos actores que el espectador reconoce sin recordar de inmediato su nombre, pero cuyo rostro evoca toda una era del cine norteamericano. El intérprete, nacido en Chicago en 1938, falleció el pasado domingo 5 de octubre a los 87 años, según confirmó su pareja, Maggie Neff.

"Falleció exactamente a las 16:00 h, después de que sus hermanas se despidieran. Se aferró con fuerza a sus hermanas pequeñas para despedirse. Entonces nos quedamos solos y, en mis brazos, le tomé la mano, y él confió en mí cuando le dije que estaba bien dejarlo ir. ¡Qué honor!", escribió Neff en un comunicado que desbordaba ternura y respeto. La causa de la muerte no ha sido revelada.

Dean creció en el corazón industrial de Chicago, una ciudad que marcaría no solo su carácter, sino también buena parte de su filmografía. Allí comenzó su carrera interpretando a policías y militares, figuras de autoridad que encajaban a la perfección con su físico robusto y su voz grave. Su debut en la gran pantalla llegó con "Risky Business" (1983), donde compartió escena con un jovencísimo Tom Cruise. Desde entonces, su nombre se volvió habitual en los créditos de algunos de los títulos más emblemáticos del Hollywood de los ochenta.

Trabajó bajo las órdenes de directores tan distintos como John Hughes —en "El club de los cinco", donde dio vida al padre del personaje de Emilio Estévez— y Christopher Nolan, que lo incorporó al universo oscuro y moralmente ambiguo de "El caballero oscuro". Sin embargo, su mayor legado probablemente se encuentre en su colaboración con Andrew Davis, cineasta con quien compartió una larga relación profesional y personal. Juntos rodaron "Código de silencio", "Por encima de la ley", "Reacción en cadena", "Steal Big Steal Little" y, por supuesto, "El fugitivo", donde Dean encarnó a uno de los imperturbables agentes que persiguen a Harrison Ford en su desesperada huida.

Su carrera, sin embargo, no se limitó al cine. Dean fue también un rostro recurrente en televisión, medio en el que demostró una versatilidad que pocos conocían. Participó en series icónicas como "Frasier", "Urgencias", "Chicago Hope", "CSI2", "A dos metros bajo tierra", "Sense8" o "Numbers", dejando en cada una de ellas una huella discreta pero indeleble.

Lejos del ruido de Hollywood, Dean mantuvo una vida alejada del foco mediático. "Era un hombre de silencios, pero de una bondad inmensa", recuerdan quienes trabajaron con él. En una industria que premia el brillo fugaz, Ron Dean fue la prueba de que el oficio, la constancia y la autenticidad siguen siendo los mayores gestos de grandeza.

Su muerte deja un vacío en esa generación de actores secundarios que construyeron el alma del cine americano sin buscar protagonismo. Quizás por eso, su despedida tiene algo de justicia poética: un último acto de humildad, interpretado con la misma honestidad que marcó toda su carrera.