
Recuerdo
El sentido homenaje a Carlos Goyanes en el primer aniversario de su muerte: misa y un torneo de pádel
Su primer memorial, en el que han participado sus nietos, es un abrazo al empresario que falleció hace un año

Este 7 de agosto de 2025 se cumple un año desde el inesperado fallecimiento de Carlos Goyanes, figura querida del mundo del cine y la sociedad española, esposo de Cari Lapique y padre de Carla y Caritina Goyanes. Tenía 79 años y murió mientras dormía, en la casa familiar de Marbella, sin dolencias previas aparentes más allá de un marcapasos colocado un año antes.
Su fallecimiento dejó un enorme vacío en su familia y en todos los que lo conocieron, pero nadie podía imaginar lo que vendría después: apenas 19 días después, fallecía su hija mayor, Caritina Goyanes, a los 46 años, también de forma fulminante, en su casa marbellí después de sentirse indispuesta al bañarse en la piscina y tener incluso las entradas para el concierto de Melendi, que se celebraba esa noche en Starlite. A esta doble tragedia se sumó poco después la muerte de Tito Goyanes, hermano de Carlos, a los 76 años, víctima también de un infarto.
Tres muertes en apenas tres semanas, todas de causas cardíacas, marcaron a una de las familias más queridas de la sociedad española, y especialmente a Cari Lapique, quien ha vivido un año de luto con entereza, apoyada por su hija Carla, sus nietos y sus más íntimos. Para recordar a Carlos con alegría, y mantener vivo su legado, Cari y Carla han organizado este mes de agosto el I Memorial Carlos Goyanes, un torneo de pádel que reunió a familiares, amigos y seres queridos en el club Nueva Alcántara, uno de los más reconocidos de Marbella.
Impulsor de pádel en Marbella
Carlos fue uno de los impulsores del pádel en la Costa del Sol, fomentando este deporte entre jóvenes y familias. Por eso, este homenaje no ha sido casual: ha reflejado sus pasiones, su estilo de vida, y su deseo de unión familiar. Dos de sus nietos, Carlos Benguría Goyanes (hijo de Carla) y Pedro Matos Goyanes (hijo de Caritina), fueron finalistas del torneo, lo que emocionó profundamente a la familia. Durante el evento se vivió un ambiente festivo, aunque cargado de emoción. Asistieron personas cercanas como José María García, íntimo amigo del fallecido y padrino de Carla, y Myriam Lapique, hermana de Cari, además de otros rostros del entorno familiar.

El jueves 7 de agosto, justo un año después de su partida, se celebrará una misa conmemorativa en Guadalmina, Marbella. Será un acto íntimo pero sentido, donde Cari y Carla, junto a sus nietos y allegados, recordarán a Carlos en un espacio muy especial para él. Allí pasaron juntos tantos veranos, celebraciones y unos merecidos días de descanso.
Discreta y serena, Cari Lapique ha atravesado el año más duro de su vida con una entereza que ha sido admirada por todos. Tras más de 50 años de matrimonio con Carlos, y con el profundo dolor de perder también a su hija Caritina, ha optado por mantener un perfil bajo, refugiándose en la familia, la fe y los recuerdos. Este verano, se ha instalado de nuevo en Marbella, su refugio de siempre, para pasar unos días tranquilos con su hija Carla y sus nietos. Lejos de los focos, encuentra consuelo en las pequeñas cosas: paseos en silencio, comidas en familia, y ver jugar a sus nietos como lo hacían antes, cuando estaban todos. A pesar de la tragedia, la familia sigue adelante. Carla Goyanes, muy cercana a su madre, ha sido el pilar. Junto a su esposo, Jorge Benguría, y sus tres hijos, se ha volcado en cuidar a Cari y mantener viva la memoria de su padre y su hermana.
Los Goyanes han sido siempre un ejemplo de discreción, unión familiar y elegancia. Su dolor ha sido compartido por muchos, pero también lo ha sido su forma de honrar a los que se han ido. Hoy, un año después, todos los ausentes de la gran familia Goyanes siguen presentes en cada gesto, en cada historia contada, en cada partido jugado, y en cada oración.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


