Vida real
De la tranquilidad de Leonardo Dantés a la ruina de Paco Porras: ¿qué fue de los geniales «friquis» del tamarismo?
«Superestar», obra maestra de Netflix dirigida por Nacho Vigalondo, hace justicia a estos personajes denostados que se hicieron con el prime time televisivo
El pasado viernes se estrenaba en Netflix la serie «Superestar». Producida por los Javis y dirigida magistralmente por Nacho Vigalondo, supone un homenaje al «tamarismo», el fenómeno que invadió los hogares españoles hace veinticinco años. La entonces Tamara, hoy reconvertida en Yurena, cantaba un tema, «No cambié», que sonaba en todas las discotecas del país y marcaba una etapa de «friquismo» en el que sobresalían personajes tan esperpénticos como Tony Genil, Paco Porras, Leonardo Dantés, Loly Álvarez y Arlequín. Sus andanzas dieron motivo a episodios irrisorios que no pasaron desapercibidos a una gran parte de la población.
Hemos investigado la situación actual de todos ellos. Algunos están jubilados, otros siguen cantando por los pueblos y uno padece una enfermedad mental que le borra de la memoria un pasado mediático que se movía entre la alegría y la tristeza. Para bien o para mal, todos siguen presentes en el imaginario colectivo.
La serie consta de seis episodios en la que los «friquis» de antaño están interpretados por Secun de la Rosa (Leonardo Dantés), Pepón Nieto (Tony Genil), Natalia de Molina (Loly Álvarez), Carlos Areces (Paco Porras) y Julián Villagrán (Arlequín). En el caso de Tamara y su madre, Margarita Seisdedos, las encarnan las actrices Ingrid García- Jonsson y Rocío Ibáñez.
Los personajes, en la actualidad
A Genil le localizamos disfrutando de unos días de vacaciones en Torremolinos. Es tan animoso como siempre y nos cuenta que está jubilado. «Tengo setenta y ocho años y ya es hora de descansar. Llevo una vida muy tranquila en mi casa de Madrid y me causa mucha emoción que la gente me conozca y me salude por la calle. De vez en cuando, voy a cantar a Dubái, porque tengo allí algunos amigos, y me lo paso muy bien. Me tratan de maravilla, ya me gustaría tener aquí el lujo aquel».
Salir retratado en «Superestar» le causa «una gran satisfacción. Me llamaron de la serie para que diera datos sobre mi vida, conocí a los Javis y hubo muy buena sintonía. He visto el primer episodio y me ha gustado mucho». De salud, dice, se encuentra muy bien. «Llevo estupendamente mi edad, no tengo demasiados achaques y me cuido mucho».
Sobre Tamara/Yurena, es especialmente crítico: «Esa chica tiene una doble personalidad, es muy rara. No sabes por dónde te va a salir, pero tengo buenos recuerdos de la época del “No cambié”. Si tengo que hacer de friqui lo hago, y si hay que estar más serio, también. Soy un artista de los pies a la cabeza y me transformo en lo que sea».
Tiene escaso contacto con el resto de la pandilla: «Con alguno hablo de vez en cuando por teléfono. Leonardo vive en su pueblo extremeño, San Vicente de Alcántara, y creo que sigue cantando por ahí. Paco Porras continúa con sus cosas de vidente, adivinando el futuro utilizando los nabos, los pepinos, el perejil… De Loly Álvarez lo único que sé es que se mantiene muy en forma y que se ha echado una novia. Ahora le gustan las mujeres. Se ha cambiado de acera, ja, ja, ja… Arlequín según me han contado, está perdiendo la memoria por culpa de una enfermedad mental. Me llamó la Policía para decirme que si me podía hacer cargo de él, pero eso es imposible. Les dije que llamaran a su hermana. Y La Momia vive en Alicante y hace cosillas en las teles de la zona. Fue un bailarín antiguo que trabajaba en la compañía de Lola Flores».
Economía modesta
Vive gracias a dos pequeñas pagas, una de la Seguridad Social y la otra de AISGE, y asegura que le dan para «vivir modestamente», sin caprichos y al día. Nunca fui hombre de excesos, me amoldaba a lo que tenía. Le tengo que decir que no me arrepiento de nada del pasado. He hecho siempre lo que he querido, conocí gente muy importante y tengo su cariño .¿Qué más puedo pedir?».
Leonardo tiene un año menos que Tony. Le encontramos en su pueblo natal, goza de buena salud y continúa actuando por la geografía española. Se siente «muy contento con la emisión de la serie. A mí me interpreta Secun de la Rosa y lo hace muy bien, es un actor estupendo. Recuerdo aquella etapa del «tamarismo» de una manera agridulce, porque, por una parte, me dio mucha popularidad, pero por otra, muchas críticas. Y el comportamiento de Tony Genil y Loly Álvarez conmigo fue muy malo, yo no me merecía sus desprecios. Hubo episodios muy chungos. En cambio, las imitaciones que hacía de mí Carlos Latre eran fabulosas».
Como decimos, sigue en activo: «Continuo actuando y componiendo. Hace poco canté en Guadalajara, y este verano iré a Logroño, a Trevijana, y cantaré en mi pueblo y en otros lugares. Ahora mismo voy con una artista que se llama “La morena de la gorra”, que es rockera pero le gustan mucho mis temas. Hemos grabado varios temas y actuamos juntos. Acabamos de sacar un disco con doce temas, “La canción del año”. Mucha gente no sabe que, aparte del “No cambié” o “El baile del pañuelo”, a lo largo de mi carrera he compuesto canciones para grandes artistas como Lola Flores, Manolo Escobar, Sara Montiel, Rafaela Carrá, María Jiménez, Rosa Morena, Los Marismeños, Rumba Tres o Los Chunguitos».
Honores de grande
Uno de sus mayores orgullos es que en su pueblo le hayan nombrado uno de los personajes más populares. «Es un honor muy grande, un reconocimiento de mis paisanos a mi carrera. Me pusieron una placa muy grande…»
En el caso de Loly Álvarez, a sus cincuenta y cuatro años vive momentos felices al lado de su pareja Belinda. Hace unos días manifestaba en una entrevista que «la serie es un reconocimiento a personas que en su momento no nos supieron valorar. Nos pusieron el calificativo de friquis y es algo que no lo soporto. Gané mucho dinero y nunca he sido una despilfarradora. Sigo cantando, hago actuaciones y estoy grabando un disco».
Loly estuvo casada con Ronnie, pero el matrimonio acabó cuando ella se enteró de que le era infiel en un momento en el que la cantante padecía serios problemas coronarios. Su esposo la suplantó en las redes sociales y flirteaba con otras a sus espaldas. Alguien puso a Loly al tanto de lo que sucedía y denunció la situación. Tras un proceso judicial, Ronnie abandonó el domicilio conyugal. Después, la artista conoció a Belinda y se enamoró.
Al igual que Genil, Álvarez considera que Tamara/Yurena tiene dos caras: «Siempre le ha gustado ir de víctima. Se llevaba a su madre a los platós y se quejaba de lo mal que las trataban en los medios de comunicación. Y la verdad es que lo que quería era cobrar doble».
Paco Porras (66) se significa por haber tenido una vida marcada por los escándalos. Como bien cuenta Genil, mantiene, eso sí, en menor medida que antaño, su trabajo como vidente, pero en los últimos años se ha convertido en noticioso por episodios como aquel en el que confesó que le habían raptado y obligado a prostituirse. Su situación económica es desastrosa y sobrevive como puede, añorando esos tiempos en los que le llamaban continuamente de los programas de televisión y se llevaba un buen caché.
Fui el primero en entrevistar a Tamara cuando era una cantante prácticamente desconocida. Me contó que estaba embarazada y que el padre del bebé que venía en camino era Paco. Nada más lejos de la realidad, fue un montaje que estiraron al máximo, y de ahí al tamarismo.
El futuro
El vidente de las hortalizas y las verduras se reinventa siempre que puede para intentar conseguir que la gente no le olvide. En su última aparición televisiva confesó que estaba en la ruina. «He sido muy rico, multimillonario, todo el mundo lo sabe. He hecho muchas obras benéficas también, las sigo haciendo. Ahora mi situación económica es menos desahogada, lo estoy diciendo con toda sinceridad, es la verdad. Y he pasado momentos críticos, pero como tanta gente. Si yo diera nombres de famosos, personas mucho más populares que yo, con gran prestigio, con Oscars, con Goya, que han muerto en la soledad... Por mi parte, como vidente que soy, veo que la situación va a acabar francamente mal. Ser vidente no es una profesión, es un don…»