La visita de Tamara Falcó a una clínica ocular

Tamara Falcó está ya inmersa en todos los preparativos para su gran día. Quedan apenas cinco meses para la boda de la socialité con Íñigo Onieva y la hija de Isabel Preysler se encuentra muy estresada con la organización del evento. Así lo desveló la semana pasada en 'El Hormiguero': "La verdad es que ya estoy con un estrés tremendo. Tienes que hacer un montón de cosas y todo el mundo te dice que no tienes tiempo. Pienso que aún quedan cinco meses pero es verdad que todo el tiempo están saliendo cosas".

Poco a poco se van revelando detalles del enlace matrimonial, como la firma que confeccionará el vestido de Tamara Falcó. La hija de Isabel Preysler ha confiado en la marca bilbaína 'Sophie et Voilà' y ella misma ha confesado que el color elegido es el blanco. "Estoy súper contenta con el diseño de mi vestido, conocía a las diseñadoras hace tiempo y además, estoy contenta porque sea made in Spain” decía sobre el traje de novia.

Pero los preparativos también incluyen cuidados. Y hoy, Tamara Falcó ha visitado una clínica ocular. Según ha podido conocer en exclusiva LA RAZÓN, la joven ha asistido a una revisión para graduarse la vista. Aunque algunos medios han especulado que podría haber ido a realizar un retoque estético, como un relleno de ojeras, lo cierto es que la hija de Isabel Preysler ha querido graduarse la visión. Lo cierto es que la joven tiene sus clínicas de belleza de confianza para realizarse sus tratamientos estéticos y solo acude a centros oculares específicos para solucionar cuestiones relacionadas con el sentido de la vista.

Tamara Falcó está deseando que llegue el 8 de julio para cumplir uno de sus sueños, pasar por el altar junto al amor de su vida, Íñigo Onieva. Desde que la pareja se dio una segunda oportunidad, los tortolitos no se han separado ni un momento y todos los ojos están puestos en ellos dos. La boda de la socialité promete ser uno de los eventos del año y la propia Tamara Falcó ha sido la encargada de cambiar la fecha de sus nupcias, posponiéndola 20 días, para que nadie se pierda el mejor día de su vida.