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Casas reales

Las heridas de guerra de Don Juan Carlos

Días atrás Don Juan Carlos hacía saltar las alarmas al aparecer ante los medios con un ojo amoratado. Una pequeña intervención le había provocado a su vez un derrame.

Las heridas de guerra de Don Juan Carlos
Las heridas de guerra de Don Juan Carloslarazon

Días atrás Don Juan Carlos hacía saltar las alarmas al aparecer ante los medios con un ojo amoratado. Una pequeña intervención le había provocado a su vez un derrame.

La imagen del Rey Juan Carlos con el ojo morado no ha pasado inadvertida. El Rey Emérito aparecía días atrás con un apósito en el rostro y un derrame en el ojo izquierdo durante la presentación del cartel de la Feria de San Isidro, en Las Ventas. Fue entonces cuando saltaron las alarmas sobre su estado de salud. Ante la expectación generada él mismo explicaba que le habían quemado una mancha, lo que le había provocado, a su vez, una pequeña rotura en un capilar que le había generado un derrame. Lo cierto es que a sus 81 años es un hombre que se mantiene bastante activo y aunque su imagen pueda parecer frágil, los informes médicos confirman lo contrario. La mala salud de hierro de los Borbones ha estado provocada algunas veces por tentar a la suerte. Es el caso de la sordera que padece Don Juan Carlos debida a sus largas jornadas de caza. Otras veces son motivos congénitos, como el pequeño angioma en la nariz con el que nació Leonor de Borbón, un pequeño tumor benigno que ha ido remitiendo a medida que la Princesa de Asturias ha ido creciendo.

Los partes médicos de la Familia Real son parcos y generalmente los conocemos cuando, por casualidad, nos enteramos de que están hospitalizados o aparecen con una venda, como la operación de cirugía estética a la que se sometió la Reina Letizia en plenas vacaciones estivales privadas. Un gravísimo accidente aéreo la obligó a volver al trabajo para ejercer sus funciones como esposa del Jefe del Estado en los funerales por las víctimas, y ahí se pudo apreciar que su nariz y mentón habían sufrido alguna modificación. También una de las operaciones de cadera del Rey Juan Carlos trascendió fortuitamente, como cuando supimos que estando de cacería en África dio un mal paso y se cayó rompiéndose la cadera, lo que motivó una operación de urgencia que finalmente le ha dejado con una muleta como tercer punto de apoyo. También hay casos de triste fortuna, como el de la abuela materna del actual Rey Felipe VI, cuando aprovechando unas vacaciones invernales en las que la familia se fue a esquiar a Baqueira Beret, la Reina Federica decidió someterse a una cirugía estética de párpados que acabó con su vida por una complicación con la anestesia.

Portadoras de hemofilia

En La Zarzuela existe un servicio médico permanente y un médico oficial de la Casa del Rey, el doctor Avelino Barros. También cuando se desplazan les acompaña un equipo médico e incluso, una ambulancia. Del Rey Emérito sabemos que pasaba revisiones periódicas en la clínica de Navarra, en Sant Josep en Barcelona con su médico Gil Vernet y que durante una temporada se estuvo sometiendo a tratamientos «antiaging» en la clínica Planas de Barcelona.

Dado que la historia familiar de los Borbón forma parte de nuestro programa escolar, sabemos que la esposa del Rey que sufría cardiopatía isquémica, Alfonso XIII, la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, bisabuela de Don Felipe, introdujo la hemofilia en la familia, pero ella murió de una cirrosis hepática. Ese problema de coagulación de la sangre puede provocar que una hemorragia como las que sufrieron dos de sus hijos, el Príncipe de Asturias, Alfonso y su hermano Gonzalo, en sendos accidentes, les ocasionara morir desangrados por ser hemofílicos. Las mujeres no suelen padecerla, aunque sí transmitirla, así que es posible que las infantas posteriores a la Reina Victoria Eugenia, sean portadoras.

La mala salud de los Borbones les ha mermado en algunas ocasiones para ejercer sus funciones regias. Por ejemplo, otro hijo de los bisabuelos paternos de Felipe VI, Jaime de Borbón, el padre del duque de Cádiz y primer marido de Carmen Martínez-Bordiú, era sordomudo y tuvo que renunciar a sus derechos dinásticos en favor de su hermano Juan, Conde de Barcelona, un marinero corpulento que sirvió en la Armada inglesa y que fue hijo de rey, Alfonso XIII y padre de rey, Juan Carlos I, al que le gustaba fumar y lo hizo con tanto empecinamiento que cinco años antes de morir por un tumor de hipofaringe y de boca de esófago, le fue extirpada la laringe. Para protegerse lo máximo posible, los Reyes Felipe y Letizia tuvieron la precaución de congelar el cordón umbilical de sus hijas, que les servirá en un futuro por si necesitan sus propias células madre para curarse. El caso más curioso de enfermedad, del que no ha trascendido que la haya heredado ningún descendiente, es la de Fernando VII, que sufría una especie de macrosomía, al tener un pene de tamaño mayor de lo normal. Junto a su esposa, la reina María Cristina, tuvieron una única hija, Isabel II, que sufría psoriasis. Un primo hermano del rey Juan Carlos, el infante Carlos de Borbón Dos Sicilias, duque de Calabria, no pudo declarar en 2011 en calidad de consejero en el juicio de viajes Marsans porque alegó enfermedad mental degenerativa. Otro familiar Borbón también sufrió problemas mentales, el primer Borbón español, Felipe V, era bipolar y eso condicionó su reinado según estuviera en un momento de euforia o de decaimiento.

Lesiones deportivas

Elena de Borbón sufrió un aborto natural, el actual Monarca tuvo problemas para cicatrizar una hemorragia que se hizo esquiando en Baqueira. Doña Sofía parece tener una buena salud, no así su esposo, el Don Juan Carlos, que actualmente tiene la movilidad reducida, sin llegar al extremo de su hermana Margarita que ya no puede andar, y de su madre, que pasó los últimos años de su vida en silla de ruedas. El Rey Emérito ha pasado innumerables veces por el quirófano, ya sea para arreglar fracturas, aliviar los dolores producidos por una hernia discal, extirpar nódulos, paliar la artrosis que sufre o colocar prótesis en las rodillas o la cadera –sus puntos débiles–, la mayoría de las veces dolencias motivadas por la práctica de sus deportes favoritos como la vela, la caza, el esquí, el squash o el tenis. Ha sufrido fracturas en brazos, piernas y la pelvis. Y un cristal le rompió el tendón de Aquiles. Ha sufrido herpes facial, de ahí que en numerosas ocasiones haya lucido barba y ojos amoratados, por golpes en algunas cacerías. En cualquier caso, la Casa del Rey no tiene ninguna obligación de informar sobre la salud del Jefe de Estado y mucho menos de su esposa e hijas, por pertenecer a su privacidad, pero todos ellos están permanentemente bajo el control del servicio médico de su Casa.