Opinión

La crónica de Amilibia: “Avisada quedas, Yolanda: ya no te aman”

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, presenta su proyecto 'Sumar' en Riojafórum, a 9 de noviembre de 2022, en Logroño, La Rioja (España).
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, presenta su proyecto 'Sumar' en Riojafórum, a 9 de noviembre de 2022, en Logroño, La Rioja (España).Antonio MuñozEuropa Press

Gerard Piqué, tan sabio enamores y desamores, ha dicho en su despedida: «Amar a veces es irse». En «Love story» decían que «amar es no tener que decir nunca lo siento». Pues ahí tienen a Irene Montero y Pablo Iglesias que, con su apasionado beso de fin de curso en el cierre de la Universidad de Otoño podemita, reafirman que ni ella dice nunca lo siento ni él, pese a los decires, se va de Galapagar. Tampoco del magisterio de esa universidad del rojerío en la que sigue ocupando la cátedra de Teología y Purgas. Antes del beso para la eternidad, se subió al púlpito y clamó: «Ay de aquel o de aquella que se atreva a faltarle al respeto a la militancia de Podemos». Por el tono evangélico del inicio de la oración, bien podría haber continuado: «Ay de aquel que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran una piedra de molino al cuello y lo arrojaran al mar».

Avisada quedas, Yolanda Díaz. Dicen las lenguas viperinas que ya no eres su amor, aquel amor de las mil y una noches, cuando él te vía como la futura presidenta del país. Bien es verdad que nunca llegó a decirte en un bar, creo, aquello de «voy al baño a refrescarme, te espero ahí», una de las máximas expresiones de absoluta confianza y entrega total del padre espiritual morado, quien a falta de puestos docentes pero no decentes, estudia volver al purpurado de Podemos: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá…».

A partir de ahora, Pablo y Yolanda sólo se relacionarán por Skype, como Juan Carlos I y Doña Sofía.