Berlusconi, la corista y el «bunga bunga»

El «bunga bunga», el término que Silvio Berlusconi copió a su amigo, el dictador libio Gadafi para referirse a sus fiestas sexuales con mujeres preferentemente jóvenes, podría haberle salido muy caro. Los cinco hijos del exmandatario italiano, fallecido en junio de 2023, han llevado a juicio a Giovanna Rigato, una de las jóvenes que participaron en sus orgías. Tienen argumentos para pensar que esta mujer le extorsionó pidiéndole un millón de euros a cambio de no revelar lo que sucedía en aquellas veladas en su mansión de Árcore, una localidad próxima a Milán.

Rigato, preparadora física y exconcursante de Gran Hermano en la televisión italiana, ya debería haber sido juzgada por estos hechos en el Tribunal de Monza en 2023, pero la mala salud del magnate impidió que el juicio prosperase. Los hijos han decidido mantener la denuncia y personarse como parte civil el 23 de abril, fecha prevista para la próxima audiencia.Los hechos se remontan a 2007. Según la familia de Berlusconi, la joven exigió un millón de euros a cambio de su silencio, tanto con la prensa como en distintos procesos judiciales en los que el político conservador y fundador de Forza Italia estaba inmerso. Según la acusación, la joven recibía entre 2.000 y 3.000 euros al mes, además de costearle su residencia en un apartamento. No conforme con esto, empezó a exigirle más,incluso empleando un tono «furioso» claramente amenazante, tal y como describió uno de los testimonios. «Berlusconi estaba horrorizado», añadió.

Hace tiempo, uno de los abogados definió al magnate como un «tío cariñoso» que da «dinero de su bolsillo a sus sobrinas». Se referían a esas polémicas asignaciones mensuales que el político transfería a las veinte jóvenes que protagonizaban el «bunga bunga», además de alojarlas gratuitamente en pisos ubicados en la calle Olgettina, en Segrate (Milán). Por esta razón, las mujeres fueron bautizadas como «olgettinas». Rigato era una olgettina más de las que acudían a sus fiestas.

En noviembre de 2023, varios meses después del fallecimiento del padre, los hijos decidieron poner orden en esta delirante situción. Como primera medida, retiraron la asignación económica y las desalojaron de los apartamentos. A través de una inmobiliaria, les enviaron una carta comunicándoles la «rescisión por fallecimiento» del contrato de uso gratuito. Berlusconi justificaba esta ayuda como una compensación por el agravio sufrido durante las investigaciones sobre su presunta relación con la menor marroquí Karima El Mahrough, más conocida como «Ruby Rubacuori».

En 2012, el exprimer ministro fue acusado de prostitución de menores y abuso de poder tras presionar a la policía de Milán para liberar a la adolescente, arrestada por robo. En aquel juicio desfilaron varias testigos que corroboraron la versión de que Il Cavaliere contrataba a prostitutas. Entre ellas, la vedette a Marysthell G. Polanco. Fue solo el inicio de una cadena de escándalos. 

[[H2:Las «veladas elegantes» en el sótano de su casa]]

El juicio que ahora enfrenta a los cinco hijos de Berlusconi con Rigato es el último de más de una década de disputas legales sobre estas fiestas con coristas de televisión y bailarinas de pole dance que, según han ido informando los testigos, bailaban desnudas para él en el sótano de su mansión. Antes de morir, Berlusconi rechazó los cargos de sobornar con millones de euros a sus invitados para que mintieran a los fiscales sobre lo sucedido y contaran que realmente se trataba de veladas elegantes.