Opinión
El diario de Amilibia: "Love Story" estilo monclovita
Podrían haber elegido para el desenfreno emocional un lugar como la rosaleda del Parque del Oeste
Pasen y vean, señoras y señores, pasen y vean en la pista central del gran circo nacional la nueva versión de “Love Story” interpretada por el Apolo de la Moncloa y la Mujer de Rojo gallega; pasen y vean, señoras y señores, la gran escenificación del idilio político/ social más comentado de los últimos tiempos, la dramatización de una pasión desatada por un pacto que nos conmoverá de principio a fin con la música de fondo de Francis Lai, la más lacrimógena en la historia del cine romántico. Por algo ha dicho Alberto Núñez Feijóo que el pacto idílico firmado por el Apolo de la Moncloa (mucho más guapo que Ryan O`Neil, dónde va a parar) y la Mujer de Rojo (mucho mas rubia que Ali MacGraw, dónde va parar) es solamente “papel mojado”. Claro, si es que la cosa es de mucho llorar.
Bien es verdad que podrían haber elegido para el desenfreno emocional un lugar como la rosaleda del Parque del Oeste, el templete del Parque del Capricho o el Jardín Botánico, pero eligieron el incomparable marco del Museo Reina Sofía para resaltar en la entrañable firma del acuerdo político/prematrimonial el alto contenido artístico de la obra. Quizá, después de la música de Francis Lai, hubiera venido bien, para cerrar con broche de oro la actuación, que ambos cantaran a dúo aquello de Ana Belén: “Besos, ternura/ qué derroche de amor/ cuánta locura”.
No hubo preguntas después de la firma. Pero, ¿qué se puede preguntar después de un espectáculo así? Lo único que podrían haber hecho los periodistas allí presentes era gritar, emocionados, lo mismo que se grita en las bodas a los novios: “¡que se besen, que se besen!”. Y Él y Ella lo habrían hecho para hacernos felices. Una vez más.
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