Opinión
El diario de Amilibia: Trump, disfrázate de Apolo, porfa
Es el gran protagonista del circo mundial: un día se disfraza de Papa y al poco se asoma al balcón de la Plaza de San Pedro un norteamericano, y además de Chicago
Cuentan que el Puchi está furioso porque el Apolo de la Moncloa no ha cumplido dos de sus exigencias: que el «habemus papam» se dijera también en catalán y que de la chimenea vaticana, después de unos segundos de humo blanco, salieran los colores de la estelada. Fallo de Albares, se disculpará Él. Y, para colmo, el nuevo Papa es hispanohablante y se apellida Martínez de segundo. Fallo de Albares, repetirá Él, que no pudo establecer contacto directo con el Espíritu Santo en el Vaticano para que votaran al cardenal Omella, que, aunque aragonés, habla catalán. Catalán con acento jotero, pero catalán al fin y al cabo. Quizá debería haber encargado esa delicada misión a Bolaños, afín espiritual. Es conocido en la Moncloa y sus extrarradios como la Santísima Trinidad: tres ministerios distintos en una sola persona.
No lo quiere el Puchi, pero el catalán con más pinta de Papa es, sin duda, el mismísimo Junqueras. Ya, no es cardenal, pero lleva la fe y la barriga de serie. Ahora, el gran protagonista del circo mundial es Donald Trump: un día se disfraza de Papa y al poco se asoma al balcón de la Plaza de San Pedro un norteamericano, y además de Chicago. Profético. Bien es verdad que desciende de inmigrantes, que los íntimos le llaman Roberto y que habla español con acento peruano, pero Trump ha hecho de tripas corazón y le ha felicitado.
Cuentan que Feijóo está rezando al Apóstol Santiago con su tía la monja para que el profeta yanqui se disfrace de Apolo urgentemente. Si lo hiciera, poco después Sánchez saldría proyectado al mundo como secretario general de la ONU o de la OTAN, por lo menos. Solo el Augur de la Casa Blanca disfrazado de dios Apolo (no le disgustará) puede sacarlo de la Moncloa.