En habilidades multitarea como ministro, Óscar Puente, no anda muy allá, según las críticas que le llueven, sobre el desastre de la red ferroviaria, por ejemplo, aunque él sabe defenderse y atacar como un «ogro», según subraya la oposición. Esta semana la ciudadanía ha entendido el enfoque de sus prioridades tras anunciar en sus redes sociales el nacimiento de un hijo al que ha llamado Óscar Puente III.

Un acontecimiento que demuestra su ironía sobre los delirios de grandeza al concederse un estatus real, papal o de majestad imperial que nos ha hecho sonreír. Está acostumbrado a permitirse estas y otras rarezas, como el uso de recursos a cuenta del contribuyente para saber con detalle qué se dice de él o describir a la madre de su tercer hijo, Yasmina Cristina Cerdá Gregori, como «la más bella y la más elegante», escribió en su red social X.

No seremos nosotros quienes desluzcamos este momento de subidón emocional, canciones de cuna en Spotify y, a juzgar por la tierna imagen que ha publicado, pomada para el lumbago. El ministro se ha enamorado con euforia adolescente a sus casi 57 años, aunque esto viene de lejos. El joven diseñador vallisoletano Alejandro Maíllo cuenta a LA RAZÓN que vistió a Yasmina Gregori por primera vez para la alfombra verde de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, en octubre de 2021:

«La había conocido anteriormente en un showroom, junto a Óscar Puente, y me sentí orgulloso de vestirla. Desde entonces, mantenemos una buena relación profesional. Es educada y cercana, expresa sus propios criterios, pero también se deja aconsejar».

Maíllo se ha convertido en el diseñador de cabecera de Yasmina para sus grandes eventos, ahora que ejerce de primera dama ministerial. Nos explica que tanto ella como Carmen, la hija mayor de Puente y exconcursante de «La Voz Kids», vistieron diseños a medida en la gala de los Premios Goya 2024. Fue la presentación oficial y lució un voluminoso modelo negro con cuello halter. De nuevo, aparecieron juntos en eventos como el Día de la Hispanidad y el centenario de Telefónica.

Un matrimonio roto

Todo son halagos para ella. Las fechas nos hacen pensar que el ministro anduvo recogiendo cariño mucho antes de que se hiciera oficial la separación de Laura Soria Velasco, magistrada con una trayectoria destacada en el ámbito judicial de Castilla y León y actualmente jueza titular del Juzgado de lo Social número 2 de Zamora. Es la madre de sus hijas Carmen e Isabel, de 19 y 18 años, y la conoció en Valladolid, cuando él ejercía como abogado y ella comenzaba su carrera como magistrada.

Aunque se divorciaron en 2024, el matrimonio se había roto, como tantos otros, hacía tiempo, algo de lo que tenían certeza quienes trabajaban con él, según detallaron hace un tiempo a este periódico, describiéndole como un hombre que se ve «temible como político e irresistible para las mujeres». Nos comentaron que a veces se le veía fuera de lugar y, entre sus romances, citaron a una profesora de danza, una empresaria del sector inmobiliario y una ejecutiva de la hostelería que, según se supo luego, se trataba de la alicantina Yasmina.

Se ve que entendió mal la pastoral del amor de los frailes de su colegio San Agustín de Valladolid

En Grupo Concerto, empresa de ocio nocturno donde ha trabajado la nueva pareja del ministro, esquivan nuestras preguntas acerca de cómo nació esta dupla con una excusa peregrina: «Voy a darme una ducha». Después de la ducha, apagón informativo. El ministro, que antes de serlo cotizó once años como actor y unos veinte como abogado, demuestra más arte en sainetes sentimentales que en gestión política. Se ve que entendió mal la pastoral del amor –«darnos por y para el prójimo»-, de los frailes agustinos del colegio San Agustín, en Valladolid, en el que cursó lo que se llamaba la EGB.