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El presi y su zona de confort

Dicen que Raquel Sánchez, ministra de Transportes, es también culpable del caso de los trenes que no caben en los túneles.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezBorja Puig de la BellacasaEFE/Pool Moncloa

Dicen que Raquel Sánchez, ministra de Transportes, es también culpable del caso de los trenes que no caben en los túneles. Ha destituido a cargos menores de Adif y Renfe, pero ella se mantiene firme en su poltrona. No ha tenido la originalidad de destituirse a sí misma, se ve que no quiere salir de su zona de confort.

Tamara Falcó diseña para Pedro del Hierro, y Nacho Aguayo, directivo creativo de la firma, dice que la susodicha les aporta espontaneidad y locura: «Tamara nos hace salir de la zona de confort». Gran moda: ya se sale más del confort que del armario.

Pero el presidente Pedro Sánchez no está por seguir la moda, quiere y exige estar siempre en la zona de confort, y si juega a la petanca en un parque público, si acude a casa de unos jóvenes que cobran el salario mínimo y si va al cine a ver la premiada «As bestas», en los vídeos de su No-Do se le verá siempre rodeado de figurantes o extras socialistas, fieles al régimen y gente ajena a abucheos espontáneos.

Isabel Preysler sigue en su zona de confort y se pone en plan discurso de Miss Universo recién coronada y dice que «solo quiero que acabe la guerra», como si Mario Vargas Llosa estuviera bombardeando «Villa Meona» y el nuevo piso de la marquesa de Griñón.

Y no digamos nada deRosalía, que ha nombrado mánagers personales a su madre Pilar y a su hermana Pili: zona de confort familiar garantizada, casi como Él.

Pero mucha gente me anima a salir de la zona de confort cuando yo lo que quiero es entrar, que desde el susto de la última factura del gas, apago la calefacción y ando por la casa con tres jerseys, ¿entienden?