
Opinión
Los sábados de Lomana: ¿Hasta cuándo se aprovecharán de la paciencia de los cristianos?
Todo esto es una provocación incendiaria dirigida por nuestro Gobierno para seguir dividiendo a esta gran nación que es España

Parece que todo vale contra los cristianos y que la palabra respeto no existe. La última noche del año, la presentadora de Televisión Española Lalachus,que estaba retransmitiendo las campanadas en la hora en la que todos conectan la televisión para seguir la tradición de tomar las uvas con las doce campanadas, mostró una imagen del Sagrado Corazón de Jesús cambiando su precioso rostro por una cabeza de vaca, todo ello pagado con nuestro dinero. Es hora de mostrar que las burlas a la religión de millones de personas no son aceptables ni se deben consentir. Son cobardes, y jamás se atreverían a hacerlo con otras religiones como la musulmana, porque saben lo que podría ocurrirles. Ya lo vimos en París durante la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas, repleta de tintes satánicos. ¿Hasta cuándo se aprovecharán de la paciencia de los cristianos? No es cuestión de censura o de ser o no creyentes, es cuestión de respeto. No son aceptables, en una sociedad que se precie y presuma de ser inclusiva y respetuosa, estas ofensas. Estamos viendo en los últimos tiempos una creciente tendencia a trivializar y menospreciar las convicciones religiosas de los cristianos.
El presidente del ente público, financiado por todos, debería pedir disculpas ante la bochornosa burla vista en Nochevieja.
Todo esto es una provocación incendiaria dirigida por nuestro Gobierno para seguir dividiendo a esta gran nación que es España, capaz de matarse como ninguna otra en guerras civiles. Hermanos contra hermanos. Todo esto ya se había olvidado y vivíamos en armonía bajo la Constitución del 78. Los españoles quisieron comenzar de cero sin odios ni rencores, se dio un indulto general, incluidos los asesinos etarras, algunos ahora en el Congreso.

Me asombra y llena de tristeza empezar el 2025 con la tremenda provocación por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, con los cien actos programados para celebrar los cincuenta años de la muerte de Franco. Nada más y nada menos que cien aquelarres cargados de odio. Esto es de una gran mezquindad y de lo más reaccionario, algo que no tiene cabida tras el acto sumamente mayoritario que los españoles decidieron darse en 1978 para vivir todos juntos en paz, sin rencores ni odios, y menos aún en la sociedad actual en la que la gran mayoría de ciudadanos ni habían nacido cuando murió Franco.
Les deseo una preciosa noche de Reyes, esperando que nadie nos quite la ilusión y disfrutemos como niños de ella.
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