Educación

La educación por sexos un modelo con éxito en EE UU

Lo que el Gobierno considera discriminatorio en España, se considera innovador en EE UU. La presencia de la educación diferenciada en los centros públicos del país es uno de los pocos puntos en los que republicanos y demócratas parecen estar de acuerdo.

La Razón
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No hablamos de un modelo de una gran tradición: sólo hay que retroceder a 2006, cuando se aprobó el reglamento para la implementación de experiencias de «single sex» en las escuelas públicas o que reciben algún tipo de financiación estatal. «Hasta ahora, las experiencias diferenciadas en centros públicos han crecido considerablemente recibiendo un apoyo variado», afirma María Calvo Charro, profesora de la Universidad Carlos III y presidenta de la Asociación Europea para Centros de Educación Diferenciada (Easse) en España. Calvo afirma que este tipo de enseñanza se aplica a unas 550 escuelas públicas de EE UU. De éstas, cien son centros totalmente diferenciados, mientras que en el resto de casos se trata de escuelas mixtas en las que se ofrece a los padres la posibilidad de optar por clases separadas.

«No se puede enseñar igual a los niños que a las niñas. No enseñamos a los chicos de acuerdo con las necesidades que un varón realmente tiene para poder afrontar la lectura, por ejemplo», asegura David Chadwell, director de iniciativas educativas de Carolina del Sur e impulsor de este tipo de enseñanza en EE UU. Así, los defensores de este modelo educativo aseguran que estamos ante una herramienta eficaz para luchar contra el fracaso escolar. «Los niños y niñas tienen menos distracciones con el sexo opuesto y existe más libertad para participar», afirma Chadwell. El coste de estos centros en Norteamérica puede llegar a ser sufragado al cien por cien con recursos federales; a cambio, la Administración fija metas de rendimiento y elevados criterios académicos, realizando cada cinco años un riguroso control.