Ramón Jáuregui

Transparencia y lealtad

La Razón
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El día que Mariano Rajoy hizo pública su apuesta por Soraya Saénz de Santamaría, pocos –ahora son muchos los que se apuntan a caballo ganador– imaginaban la proyección política que le esperaba. El líder victorioso del PP no tardó 24 horas en desvelar «urbi et orbe» en quién tenía puestas todas sus complacencias, encargándole la responsabilidad del traspaso de poderes entre el Gobierno de Zapatero y el todavía ignoto de Rajoy. Vista su trayectoria parlamentaria –¡cómo ponía de los nervios a María Teresa Fernán-dez de la Vega!– el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ya puede atarse los machos si pretende desviarse de la vía de colaboración anunciada como «modélica» por ZP. Ya lo ha ratificado la, según muchos, vicepresidenta «in péctore» al confiar en que la transferencia se realice con lealtad y transparencia, como corresponde a una sociedad desarrollada. No tengo por qué dudarlo, aunque Zapatero no se haya distinguido por esas cualidades en su relación con quien le va a suceder. Al contrario, MR y el PP existen muy a su pesar. Nuestro país necesita rapidez en el cambio. Los ya caducos plazos constitucionales en el relevo gubernamental no deben impedir la práctica de las tesis populares, sean o no coincidentes con el Gobierno actual. Zapatero es pasado. Rajoy es futuro. Y Soraya, su prolongación política o, como dicen en mi pueblo, su rama militar. Así es la vida.