OPINIÓN: Corredor español

Verdaderamente, si España no existiera desde hace siglos habría que inventarla. La incoherencia y la irracionalidad de los planteamientos del nacionalismo secesionista ha quedado nuevamente patentes.
Los «adéu España», la transición hacia la nada, el derecho a la autodeterminación y el defenderemos a Cataluña se han caído como un castillo de naipes ante la evidencia de que la intrínseca maldad española y la consiguiente incompatibilidad no son más que un pobre recurso dialéctico.
La prueba la tenemos en la concesión a España, por parte de la Comisión Europea, del corredor ferroviario mediterráneo. Este corredor no se ha dado a Cataluña sino a España y por lo que España representa. Cataluña es la primera beneficiada por ser la puerta de España con Europa y, además, se ha visto reforzada por los gobiernos autónomos de la Comunidad Valenciana, Murcia y también de Baleares, todos gobernados por el Partido Popular. De manera que este partido ha demostrado su solidaridad con Cataluña ante Europa y en virtud de nuestra común nacionalidad hispánica.
Las famosas teorías del economista Bel sobre la España radial han quedado ahora totalmente desmentidas. ¡Lástima, con lo bien que estábamos quejándonos! Ahora sólo queda esa cortina de humo del pacto fiscal que por no apoyarlo no lo apoya ni el ex presidente de la Generalitat, José Montilla, ni el Círculo de Economía.
A ver si los nacionalistas secesionistas aprenden que lo que afecta a Cataluña se resuelve en España con paciencia y buena educación.