Caso Manos Limpias

OPINIÓN: Recuperar la autonomía

Siempre que se inicia un nuevo «curso» judicial tendemos a hacer balance del anterior y a fijarnos nuevos retos, y el de la Carrera Fiscal no puede ser otro que el de lograr la autonomía que poco a poco hemos ido perdiendo, y que es necesario recuperar para que nuestra función constitucional se desempeñe con el respeto y las garantías que esta sociedad merece.

&nbsp
&nbsplarazon

La celebración de elecciones generales convulsiona todos los sectores profesionales que vislumbran la ocasión de reivindicar sus objetivos, y la esperanza de los fiscales se centra en una reforma del Estatuto Orgánico que nos dote de la ansiada autonomía. En los últimos tiempos, los órganos más importantes de la Carrera Fiscal han reducido su función intrínseca, por una parte, desde que al Consejo Fiscal se le privó del carácter vinculante de sus informes y por otra, debido a que la Junta de Fiscales de Sala ha quedado desnaturalizada merced a su actual composición y a los ceses fulminantes de los Fiscales de Sala que alzaron su voz crítica. A ello hay que añadir que el despliegue territorial iniciado tras la anterior reforma, inicialmente bien diseñado, nos ha dotado en la práctica de una estructura excesivamente compartimentada y rígida que nos ha restado eficacia. La Carrera Fiscal cumple una trascendente función constitucional, pero solo desde el marco de la necesaria autonomía que reclamamos, y desvinculándola de los intereses políticos fortaleceremos la institución y la sociedad la percibirá con el preciso respeto y credibilidad. Pero lo importante de los balances, cuando no son positivos, es tener clara la fórmula para mejorar y seguir avanzando, y la Carrera Fiscal la tiene, por ello clama autonomía mediante una adecuada reforma de su Estatuto.