Soldado tres goles para la fiesta

Y es que no se había cumplido el cuarto de hora cuando Acosta –el argentino que llega desde el Sevilla– batía a Guaita y ponía a los suyos por delante, y al Valencia en el disparadero. Porque el equipo de Emery era muy blandito en defensa y por ahí tuvo problemas cuando el rival contragolpeó con velocidad.

Quiso reponerse el Valencia del mazazo, pero le costó. Banega no entraba en juego, el Racing presionaba muy bien en el centro del campo y tenía fortaleza defensiva para frenar a Soldado y a Piatti. Llevar la iniciativa y tener alguna ocasión delante de Toño no le bastaba al Valencia. Estaba descosido en el centro del campo y los cántabros se fueron al descanso con ventaja, gracias a su mejor juego colectivo y a tener las ideas más claras.

Emery lo vio mal, rectificó sobre la marcha y mandó a Canales al terreno de juego porque el canterano Bernat acusaba su debut. Había que echarle una mano a Banega para organizar el juego. Sin embargo, fue el Racing quien volvió a golpear. Lo hizo en una contra que culminó Adrián, el hijo de Míchel, ante las facilidades de la defensa local.

Rami marcó en la siguente jugada, a la salida de un córner, y el Valencia buscó el empate por todas las vías posibles, pero sin la claridad necesaria. Entró el brasileño Jonas en busca del remate, pero los argumentos de Cúper imposibilitaban cualquier acción clara ante Toño. El partido lo tenía controlado el Racing, que contaba con la velocidad de Munitis y el trabajo de Diop. Todo el bloque trabajaba en busca de la sorpresa y aguantaba el resultado.

Y lo hizo bien hasta que apareció Soldado. En dos minutos dio la vuelta al marcador. Hizo dos goles en tan poco tiempo ante la pasividad de la defensa racinguista, que dejó solo al delantero. Y Mestalla, que había pasado por todo tipo de situaciones, vibró con el primer triunfo en un encuentro en que el equipo de Emery fue muy irregular en su juego, pero que encontró en Soldado la pólvora necesaria para lograr el primer triunfo de la temporada.