
Grecia
Berlusconi dispuesto a bajar los impuestos para salvar a su Gobierno
Recurre a una vieja reforma fiscal para recuperar popularidad

Roma- Silvio Berlusconi empieza a quedarse sin argumentos para volver a seducir a los italianos. Tras las recientes derrotas en las elecciones municipales y en el referéndum, «Il Cavaliere» se juega su futuro a una sola carta: la reforma fiscal. No se trata de una promesa nueva: lleva asegurando que reducirá los impuestos desde que entró en política, hace ya diecisiete años. Ahora vuelve a la carga en uno de sus peores momentos políticos con la esperanza de que los italianos crean otra vez en él. Será difícil, pues durante sus años en el Gobierno la presión impositiva sólo ha crecido. En 2009 alcanzó el 43,5% del PIB, según datos de la OCDE, lo que coloca a Italia en el tercer puesto mundial entre los países con mayor voracidad recaudatoria.
La situación económica tampoco es la más propicia. El estancamiento y el altísimo nivel de deuda pública –120% del PIB, una de las cifras más elevadas entre las naciones occidentales–, colocan a Italia al borde del precipicio. Por ahora aguanta el temporal que ha llevado al rescate de Grecia, Irlanda y Portugal y ha puesto a España en la diana, pero la irresponsabilidad financiera y la inestabilidad política pueden hacer que el país transalpino recupere, a su pesar, su lugar entre los PIGS. Una muestra del miedo que comienza a llegar a los mercados es que la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó hace dos semanas la perspectiva sobre su calificación, de estable a negativa. El Gobierno asegura que la reforma fiscal se sustentará en el ahorro del gasto público.
Los primeros recortes podrían afectar a los políticos. «Menos aviones oficiales y más vuelos de Alitalia», propone el ministro de Economía, Giulio Tremonti. Otro de los sostenes de la bajada de impuestos vendrá, según el Gobierno, de la simplificación fiscal y de la reducción de las cuotas mínimas del IRPF, lo que podría hacer que una parte de los evasores cumplan con Hacienda. Berlusconi considera que, si tiene éxito, la reforma fiscal eclipsará ante la opinión pública uno de sus mayores problemas: el juicio por el «caso Ruby», en el que se le acusa de abuso de poder y de prostitución de menores. La fiscal del proceso, Ilda Bocassi, se sumó ayer a la resaca de la derrota en el referéndum al declarar que «hubo manifiestos casos de prostitución durante las veladas organizadas en la residencia de Berlusconi».
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