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El milagro de Nespresso abre la guerra del café

El sistema patentado por Nestlé está conquistando el mercado del café expreso con sus cápsulas de diseño. Pero ya hay empresas que han desafiado a la multinacional con recipientes compatibles, más baratos y accesibles que los exclusivos de Nestlé.

El milagro de Nespresso abre la guerra del café
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Nespresso ha conseguido que tomar café en casa sea una experiencia. Hay muchas marcas que hacen un expreso, pero entre todas ellas, la patentada por Nestlé es la que despierta más entusiasmo entre los muy cafeteros. Sus máquinas funcionan a una presión de 19 bar (como las máquinas de los bares) y con un sistema de cápsulas monodosis de aluminio que cautivan cada día a miles de consumidores en todo el mundo al conseguir un buen café apretando un botón.
 
El diseño y la funcionalidad de este método ha ido desplazando en muchos hogares a las melitas y otros fórmulas tradicionales de preparar un café. Pero esa imagen de glamour y exclusividad que ofreció Nespresso al principio ha cambiado ligeramente gracias a la campaña de publicidad en la que aparecía el actor George Clooney. Actualmente, España es uno de los países donde más seguidores tiene esta marca, que poco a poco está cambiando la cultura del café.
 
Su sistema de cápsulas fue inventado en 1985, pero no se hizo popular hasta hace solo unos años atrás. Fue así como la marca abrió un nicho de mercado al hacer que los clientes pagaran diez veces más por un café. El precio por dosis ronda los 35 céntimos. El negocio, por tanto, radica más en el café que en la cafetera. El coste por unidad hace que para muchos este café no sustituya al de casa sino al que se toma en la calle. Con todo, el estirón que ha dado en los últimos años (las ventas de Nespresso crecieron un 22% en 2009) ha sido tal que le han salido competidores.
 
Sara Lee, fabricante de marcas como Sanex o Ambipur, ha desafiado a la multinacional Nestlé al anunciar la comercialización de las cápsulas L'or Expreso (de plástico transparente), compatibles con la máquina de Nespresso. La diferencia, a la espera de comprobar la calidad del café, reside en que se venderán en supermercados (sólo se podrán adquirir en Francia de momento) y serán más baratas al no superar los 30 céntimos.
 
Actualmente, los propietarios de una Nespresso son "prisioneros"de la marca ya que sólo pueden comprarlas a Nestlé haciendo un pedido por web o teléfono o acudiendo a una de las exclusivas boutiques de la marca (ya tiene 220 en todo el mundo). Sara Lee y la francesa Casino no son las únicas que intentan sacar tajada de este lucrativo negocio. La empresa malagueña Ne-cap comercializa cápsulas vacías que los consumidores rellenan a su gusto con su café preferido a un precio de nueve euros las 100 unidades
 
Nestlé ha demandado a la estadounidense Sara Lee por violación de patente al considerar que copia un sistema exclusivo que ha requerido muchos millones en inversión. Los competidores argumentan que Nestlé tapona el mercado, como en su día lo hicieron Hewlett-Packard y otras marcas al ir contra los recambios de tinta genéricos. La batalla está en los tribunales. De lo que allí salga afectará, y mucho, a los bolsillos de los miles de feligreses que tienen en su casa una Nespresso.